Ha sido impresionante. Lo del alcalde, con esa aureola de
sabiduría nueva que le ha comprado a sus amigos los ‘asesores externos’. “Van a cambiar muchas cosas”, ha dicho SP con esa seguridad que da tener el
número de teléfono del ‘asesor externo’.
¡Qué suerte! Y las envidias que despierta: Ginés ha propuesto que cuando se reúnan los partidos políticos,
cada cual lleve su propio equipo de
‘asesores externos’. Una pasada cómo les ha cortado a los socialistas las
urgencias; vamos, que se han largado cabizbajos del salón. Qué eso vale dinero,
pues sí, pero oye, cómo mola ver a tu alcalde con ese temple.
Y eso que éste pleno interminable ha empezado de buen rollo;
la frase estrella durante la primera hora ha sido: “… si no me equivoco, porque
si eso, ya me rectifican ustedes…”. Tierno es también el “o no me ha entendido
o, que es lo más probable, no me he explicado bien”. Luego, el desamor. Y el lamento del gobierno: SOMOS 7, han repetido un par de
portavoces populares. El SOMOS 7, divertido nombre de garito festero, es la
coartada del gobierno para aquello que no puede o no sabe hacer. No hay
presupuestos porque somos siete, suben los impuestos porque somos siete, se encarecen
los servicios porque somos siete, no se invierte porque somos siete…y en un
habilidoso volteo de tortilla, aquellas cosas que les salen bien es…¡a pesar de
que somos siete! Son siete, y con la suerte de que en el otro bando son diez en
tres grupos malavenidos. Aquí nadie se puede quejar, salvo los ciudadanos.
Por ser siete o por ser diecisiete cabreados, estamos sin presupuestos desde hace
ni se sabe cuántos años. Ridículo y bochornoso. No tener presupuestos significa no saber a
priori de dónde vienen ni a dónde van los euros. No tener presupuestos implica
hacer encajes de bolillos (llevar dinero virtual de acá para allá, con el
consiguiente peligro de los ‘pespuntes’ presupuestarios) y depender de un
talento negociador que no se ve por ningún sitio. Y eso es achacable al grupo
de los siete y a los grupos de enfrente, incapaces de gobernar ni juntos ni
separados a un pueblo donde SOMOS 13.000.
Más de siete y más de tres grupos que suman diez. La solución, no sé, quizá
esté en lo que ha dicho al final del pleno la voz de un conocido funcionario
que se ha unido al grupo de los siete: Los hombres
de negro.
En resumen, hoy, y para hacerlo un poco más largo y cultivar
las amistades: El grupo socialista
no sabe defender sus puntos de vista; le falta grupo, incluso liderazgo, o eso
parece, porque si no, de qué iban a abandonar el pleno sin batallar. Y es una
lástima porque algunos de sus puntos de vista son bien interesantes. Los populares tienen el que, en mi opinión,
posee el discurso más brillante del pleno mientras no lo contamine SP: Lorenzo Lorenzo, aunque no llega a
compensar la vacuidad del partido de Poveda. Y luego Ginés, que básicamente ejerce de Serrello, lo que hace como nadie.
¿Y quién más?, ah sí, Orgilés.