30 dic 2013

Latidos de color

(Cuando se percibe la vida como una etiqueta de Jack Daniel´s, en un rotundo blanco y negro, renace cada nuevo año el firme propósito de alcanzar los grises. Pero siempre se puede ser temerario y aspirar al color. Seamos)
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-Dime, Don Plinio, ¿éste ha sido un año puta?
-Más bien un hijoputa de año, Goran. Aunque posiblemente el que viene lo sea más, diga lo que diga la propaganda oficial.
-Lo que viene siendo un hijolagranputa, ¿no, maestro?

Silencio. Mantenemos la mirada clavada en los vasos de chupito vacios. Goran alarga el brazo, alcanza la botella de Jack Daniel´s y sirve dos whiskys hasta desbordar los vasos. Apura de un trago su chupito y golpea el vaso contra la mesa. Busca mi mirada con la suya y me ofrece un Cherterfield , “prevariquemos como los poderosos, Don Plinio”. Envuelto por el humo del pasado se dirige hasta la gramola del Búho de la Sala, Rocío le lanza una moneda de veinticinco pesetas y Goran, click click, selecciona una canción…



As time goes byPasión emerge de la penumbra caminando sobre sus zapatos de tacón de aguja, ceñida por un vestido negro, falda de tubo larga, media sonrisa dibujada en unos labios carnosos… se arrima hasta estremecerme… as times goes by… “frenemos el tiempo mientras podamos, amigo”, susurra al pasar junto a mi sin detenerse para reunirse con Goran. Los miro, la mujer y el exmafioso se funden formando un solo cuerpo que se balancea al ritmo de la música que ve pasar el tiempo. Alzo el vaso de Jack Daniel´s a modo de saludo y lo despacho  de un trago…  





Las luces del Búho han perdido fuerza, son más viejas y más auténticas. El humo del salón y la humedad de mis ojos me descubren un local en blanco y negro, un local con aroma a tiempos pasados y sabor a lágrimas secas. Solo se escucha el sonido de un bum-bum, dos corazones que bailan en un solo cuerpo. Intento escuchar el mío, sé que aún palpita… lo encuentro. Sonrío.
El tiempo, tic-tac. Los años pasan sin atender súplicas de clemencia, pero mientras el corazón, bum-bum, bombee, la sangre correrá por nuestras venas… Ese color de la vida.

Tengan un 2014 repleto de latidos, de vida, color y sueños cumplidos.



22 dic 2013

Goran trajo la luz

 (Abrimos un paréntesis navideño y dejamos las cartas de Goran para un momento menos empalagoso. Lástima, entran en una fase apasionante. Pero es la Navidad, no hay escapatoria. Goran ha vuelto para la ocasión. Dice que acompañado)

Goran trajo la luz

Me senté en silencio en un taburete de la barra y volví a leer el sms de Goran: “Salimos ahora, nos vemos en el Búho de la Sala”…salimos…él y quién más. El mensaje me entró a las ocho de la mañana, por lo que –pensé- están al llegar. Rocío me sacó del ensimismamiento al advertirme de la llegada de Goran. Miré a la puerta, busqué y no encontré compañía alguna. Goran entró  solo. El exmafioso se detuvo en la entada del local, observó perplejo el Papá Noel tamaño natural colocado en el pasillo que conduce a los servicios, quedó hipnotizado por las bolas de colores que colgaban del techo y se acercó hasta el belén montado junto a la gramola…

-¿Te gusta, amigo? –le grité
-Perdón, Don Plinio, pero no me esperaba esto –mientras contestaba se acercaba hasta el final de la barra, donde yo estaba-, son cosas que no entiendo bien. No entiendo por qué tienen al niño medio desnudo con este frio y con la pasta que pilló de los reyes que hacen magia; no comprendo cómo es que nació donde nació cuando su padre todopoderoso lo hubiera podido arreglar para que naciera en Puerto Banús y en verano… es todo muy raro
-La tradición, amigo, la tradición.
-Tendría yo que haber disfrazado a mis locales de la costa de estas cosas, amigo Plinio. Igual fui descreído y fallé, ¿no te parece?

Y Goran comenzó a hablar de sus últimos negocios, de un local que llamó “El Clandestino incorrecto”, donde se permitía fumar tabaco de contrabando de Gibraltar, beber wisky de Segovia y atiborrarse de colesterol de la Mancha…

Lo que hace la desesperación, pensé. Y cambió de tercio, por fin.

-Pide dos copas, Plinio, tengo que decir algo contigo
Pido  dos gintonics y Rocío nos sirve dos cervezas.  Cada hora -nos dijo- tiene lo suyo, y a esta hora algo forzada, mejor caña y tapa. Goran cogió el vaso y sin mediar palabra despachó media caña.
-Verás, Don Plinio, quería yo saber, hablando de religión, si tú eres más amigo de Reyes de Magia o de Papá Noel.
-En asuntos de regalos soy de ‘aquí te pillo, aquí te mato’. ¿Tienes algún regalo para mí?

Goran apuró la cerveza y caminó decidido hasta la entrada del Búho de la Sala, abrió la puerta y un fogonazo de luz invadió el local. Eran las dos de la tarde, esa hora de nadie, esa hora de esperar  la llegada de otra hora, de tomar café con cerveza. Esa hora de ese día un sol brillante y metálico de invierno se colgó a la entrada de la taberna. Su luz potente y serena nos hechizó, quedamos en silencio, esperando, solo esperando sin saber el qué. Justo entonces surgió una figura recortando la luz del sol y envuelta en un humo de tabaco clandestino. Avanzó unos pasos, se detuvo  junto al belén y me pareció que oteaba el local en busca de alguien. Sentí su mirada clavada en mis ojos, segundos después sonó un taconeo que me resultó familiar, un toc-toc firme, seguro, decidido. Nos separaban pocos metros, su imagen, cada vez más nítida, fue tomando vida; la luz de sus ojos eclipso el sol de media tarde, los latidos que brotaban de su pecho silenciaron los villancicos que sonaban en la gramola, una sonrisa silenciosa y melancólica detuvo el tic-tac del reloj de pared…

-Hola, Plinio
-Hola, serrana.
-¿Cuánto tiempo?
-Una vida.
-¿Y hasta cuándo?
-Hasta más allá de la muerte.

La luz de sol se intensificó hasta engullir la figura de la dama mientras la puerta de la taberna se cerraba con un golpe seco.  En la barra, junto al gintonic que Rocío no me sirvió, apareció un paquete. Lo abrí.

-¿Qué es, Plinio? – preguntó Rocío dando saltitos para asomarse por encima de mis hombros
-Un recordar, seguro –aventuró Goran
-No Goran, no es un simple recuerdo. Es un sueño


El sueño de una vida hasta más allá de la muerte. Amarradito, para que no vuele sin nosotros.
Feliz Navidad desde el Búho de la Sala.





16 dic 2013

Epistola 1

(Goran abandona sus negocios y encarrila su vida. De viaje en viaje. Lo cuenta en sus cartas. Esperando que sea de su interés. –Plinio-)
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Goran, Epístola 1. Donde anuncia su viaje y expone sus motivos

El Búho de la Sala, tres de la madrugada. Cuarto gintonic. Mano a mano con el albanokosovar Goran Smirnoff, mafioso de flaca vocación que le da vueltas a un cambio a sus negocios. Y a su vida.
-Amigo Plinio, creo que no sirvo para esto, noto como que no encajo en este negocio. Me pasan cosas, abro un puticlub y me enamoro de mis putas, comercio con la droga y extiendo un cheque para “Proyecto Hombre”, monto una red de seguridad para extorsionar a otros locales de la costa y yo contrato con Securitas, compro un hotel en primera línea de playa para blanquear dinero y le presento a Hacienda una declaración complementaria… tengo dudas,  Plinio, amigo mío.

-¿Por qué dudas, hijo?
-¿Cree que me faltan motivos, maestro?
-Creo que te sobra vergüenza, Goran, vergüenza de hombre de bien, de la torera. Lo tuyo no es esto. 
-¿Y qué hago, sabio amigo?
-Pues eso, coño: dimitir, dejarlo todo. Te vas a la Costa, lo vendes todo y te vienes. Algo se nos ocurrirá.

Goran se levantó, dejó un billete de cien euros en la barra y se marchó. Se giró al llegar a la salida y señaló con la mirada el dinero: “Plinio –me dijo-,  invita a Pasión. De mi parte”. Es lo último que dijo antes de salir. Y lo último que supe del albanokosovar durante mucho tiempo, hasta que comencé a recibir correspondencia suya.  Unas cartas manuscritas, sorprendentes por su tono y contenido.

Goran se va. La carta:



Querido Plinio,

Es la rutina, hermano. O a mejor decir, es mi hartazgo de ella lo que me ha empujado a plantearme una vida de peregrinaje. La repetición de rostros, lugares y conversaciones provoca tal tedio en el alma que si no andas presto puede abocarte a malos hábitos como lo es la ingesta de alcohol sin medida o a la búsqueda de aficiones aún más dañinas. Con eso y todo, como bien sabes, yo me puedo considerar afortunado al haber regentado locales con mucho tráfico de gentes de muy variada condición y que me proporcionaron innumerables oportunidades para confraternizar con gentiles y hermosas damas. Pero, como ya te he contado en otras ocasiones, mi natural inclinación por la soledad y la autonomía me desencaja en una vida social indolente en sumo grado.

Te cuento estas intimidades, que para ti no deben de serlo amigo Plinio, porque me ha parecido adivinar en tu aparente desinterés por mi vida una provocación para averiguar si es un revés de amores -o de ‘Pasiones’, valga el guiño- lo que me arroja a una vida de peregrinaje cual feriante en meses de verano. Que sepas, fisgón amigo, que si bien es cierto que la mujer a la que no empujas acaba por empujarte, en este mi caso es una suma de acontecimientos los que aconsejan mi retirada; retirada que no será tal donde esté, pero sí donde estuve.

Esta es parte de mi vida misma, que no mi confesión, querido Plinio. Y será en otra misiva donde te cuente mi llegada a una ciudad muy principal, mi reencuentro con viejos camaradas y el comienzo de una noche de mucho brillo

Te adelanto, a modo de tapa y caña, que manuscribo esta misiva desde tierras béticas, en concreto desde su urbe más principal. Grandiosa, hermosa y con gente jovial y en extremo encantadora. Según cuentan otros visitantes y cantan todos los trovadores es una villa con duende. Eso dicen. Yo ya conocía las gracias que adornan a la ciudad porque, como sin duda recordarás, había realizado innumerables viajes a estas tierras siempre con la finalidad de aprovisionar ideas y elementos para mis locales costeros. Pero te confieso, amigo mío, que no hay ocasión en la que no me emocione al contemplar su caudaloso rio, sus frondosos jardines, su afamado coso taurino, su majestuosa catedral o sus otros edificios construidos con manos árabes y ganados para la causa de la cristiandad. Es sin duda, comprensivo amigo, un buen lugar para tantear mis dotes viajeras. Y en ellos estoy, como verás en próximas misivas.


Un abrazo. Goran


(Les aseguro que las cartas de Goran son tan noveladas como su propia vida. Es posible que cuente verdades, pero no sé si cuenta la verdad)







2

10 dic 2013

La Gramola y las Noches Perdidas

(Una gramola mágica, la música de Pasión y los nuevos proyectos de Goran. Lo paso por si es de su interés. –Plinio-)
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En El Búho de la Sala hay una vieja  gramola de discos de vinilo que funciona con monedas de cinco duros.  Garrafón, el dueño de la taberna, es de la opinión de que toda la música que merece oírse es anterior al invento del CeDé. Pero la gramola es mágica, explica Estrella del Rocío, siempre encuentras la canción que buscas. Clic-clic, cinco duros en la ranura y la gramola deja caer unas lagrimitas al escuchar la Canción de las noches perdidas.

Esta es la canción de las noches perdidas 
que se canta al filo de la madrugada 
con el aguardiente de la despedida 
por eso suena tan desesperada

Es la música que aviva a Pasión del Valle: Sabina, y una sesión de blues con humo de tabaco y un vaso de bourbon.  Pasión, cliente habitual del Búho de la Sala, es de las mujeres que sabe elegir el vino en un restaurante y que mantiene el pulso en una larga sobremesa.  Nadie como ella sabe juguetear con una copa de coñac o aplastar una colilla con la punta de su zapato de tacón de aguja. Su historia nadie la conoce, ni se le conocen historias. Cuando le preguntan responde con un “mi historia es lo que ves”, envuelto en una sonrisa. Y mi futuro, suele añadir, es lo que tú no vas a ver.  Es su punto canalla. Es lo que trastorna a Goran Smirnoff, es por lo que Goran Smirnoff nos acorrala en el Búho pidiendo consejos o detallando proyectos.

Aún recuerdo aquel día

Aquel día, Thomas Garrafón, el dueño del Búho de la Sala, se había plegado a la prohibición y concentró a los fumadores de la taberna bajo una carpa callejera –territorio conquistado para humos, lo llamó- donde los disidentes podíamos pasar frio con cierta dignidad. Estrella del Rocío, joven camarera del Búho y fumadora ocasional –fuma cuando tiene ocasión-, se ofreció voluntaria para el servicio clandestino de copas en el Territorio Conquistado Para Humos.

-Rocío, por favor, me vas a traer un café con leche calentito; como para un relaxin in the Plaza de la Sala
-Vamos, Plinio, ¿semos o no semos fumadores disidentes? Para tu bien te voy a traer un gintonic fresquito
-Pues ya puestos, mejor un chupito de Jack Daniel´s… espera… que sean dos. Tenemos visita

Enfundado en un abrigo tobillero, Goran llega a la terraza.

-Si no fuera porque mi trabajo me lo exige, dejaría de fumar, Don Plinio.
-¡Cuánto tiempo Goran!, ¿cómo te va?
--Regular, amigo Don Plinio, regular. Empujado por mí espíritu rebelde dejé que los hombres fumaran con las mujeres en mis locales de ocio, pero la policía española no entiende de rebeldes albaokosovares y me han freido a multas, amigo mío. Por eso vengo.
-¿Te has dado a la fuga o vienes en busca d alguien?
-No, no es eso. Es que me gustaría comentarle un nuevo giro que le quiero dar al negocio. Voy a hacer algo grande, amigo Don Plinio.
-¡Grande!
-Sí, grande. Ya estoy cansado de ser un mafioso de medio pelo, un quiero y no puedo. Así que nada, voy a crecer
- ¡A crecer!
-A crecer, Don Plinio, a crecer, a ser un mafioso como Dios manda: con sus conexiones políticas, con su banda de extorsionadores, con su red de prostitución, con sus canales de distribución de droga. Voy a montar dos o tres comandos para secuestrar y, si llega el caso, darle al gatillo.
-Tú estás loco, amigo. Eso no lo puedes hacer, es de una maldad que te supera. Y no está bien, Goran, eso hace daño a la gente. Métete a alcalde si acaso, o a concejal de cualquier cosa, podrás ser malvado sin derramar sangre.
-¿Semos o no semos, Don Plinio? Tengo que evolucionar, avanzar en la profesión.
-¿Y cuando te pillen, qué? Porque te van a pillar
-Lo tengo todo pensado, Don Plinio. Mis acciones se harán a cara descubierta, para que sepan que soy yo, hasta dejaré una tarjeta de visita: “Goran el Malo
-¿Eh?
-Claro, si es que usted no piensa. Verá, cuando ya esté forrado de euros daré una conferencia y presentaré mi nuevo proyecto empresarial: Jardines mixtos para la infancia y la edad tres, que dicen ustedes. Un pelotazo de bondad: nietos y abuelos. Contaré al mundo que estoy arrepentido de mi época malvada, que abjuro de las prácticas mafiosas y que seré bueno dentro del sistema impositivo ¡y viva Montoro!
-¿Y qué crees que vas a conseguir con ese numerito?
-Pues unos pelillos a la mar, Don Plinio. Mire usted a los encapuchados mataniños, hasta calles tienen. ¿Por qué yo no? Los derechos estramburgueses  son universales, ¿no?
-¡Qué jodio! –Cavilo mientras inicio el ritual para encender un puro- ¿qué se habrá pensado el kosovar que es este país?
-Una extravagancia, Plinio, este país es una extravagancia. Te lo dice Rocío. Y no pienses en voz alta que te oigo.

En el interior del Búho sigue sonando la gramola

los fugitivos del deber
no encuentran taxi libre para el cielo.
Esta es la canción de las noches perdidas,
lleva un crisantemo ajado en la solapa,
se sube a la cabeza como ciertas bebidas…,.



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