30 dic 2013

Latidos de color

(Cuando se percibe la vida como una etiqueta de Jack Daniel´s, en un rotundo blanco y negro, renace cada nuevo año el firme propósito de alcanzar los grises. Pero siempre se puede ser temerario y aspirar al color. Seamos)
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-Dime, Don Plinio, ¿éste ha sido un año puta?
-Más bien un hijoputa de año, Goran. Aunque posiblemente el que viene lo sea más, diga lo que diga la propaganda oficial.
-Lo que viene siendo un hijolagranputa, ¿no, maestro?

Silencio. Mantenemos la mirada clavada en los vasos de chupito vacios. Goran alarga el brazo, alcanza la botella de Jack Daniel´s y sirve dos whiskys hasta desbordar los vasos. Apura de un trago su chupito y golpea el vaso contra la mesa. Busca mi mirada con la suya y me ofrece un Cherterfield , “prevariquemos como los poderosos, Don Plinio”. Envuelto por el humo del pasado se dirige hasta la gramola del Búho de la Sala, Rocío le lanza una moneda de veinticinco pesetas y Goran, click click, selecciona una canción…



As time goes byPasión emerge de la penumbra caminando sobre sus zapatos de tacón de aguja, ceñida por un vestido negro, falda de tubo larga, media sonrisa dibujada en unos labios carnosos… se arrima hasta estremecerme… as times goes by… “frenemos el tiempo mientras podamos, amigo”, susurra al pasar junto a mi sin detenerse para reunirse con Goran. Los miro, la mujer y el exmafioso se funden formando un solo cuerpo que se balancea al ritmo de la música que ve pasar el tiempo. Alzo el vaso de Jack Daniel´s a modo de saludo y lo despacho  de un trago…  





Las luces del Búho han perdido fuerza, son más viejas y más auténticas. El humo del salón y la humedad de mis ojos me descubren un local en blanco y negro, un local con aroma a tiempos pasados y sabor a lágrimas secas. Solo se escucha el sonido de un bum-bum, dos corazones que bailan en un solo cuerpo. Intento escuchar el mío, sé que aún palpita… lo encuentro. Sonrío.
El tiempo, tic-tac. Los años pasan sin atender súplicas de clemencia, pero mientras el corazón, bum-bum, bombee, la sangre correrá por nuestras venas… Ese color de la vida.

Tengan un 2014 repleto de latidos, de vida, color y sueños cumplidos.



22 dic 2013

Goran trajo la luz

 (Abrimos un paréntesis navideño y dejamos las cartas de Goran para un momento menos empalagoso. Lástima, entran en una fase apasionante. Pero es la Navidad, no hay escapatoria. Goran ha vuelto para la ocasión. Dice que acompañado)

Goran trajo la luz

Me senté en silencio en un taburete de la barra y volví a leer el sms de Goran: “Salimos ahora, nos vemos en el Búho de la Sala”…salimos…él y quién más. El mensaje me entró a las ocho de la mañana, por lo que –pensé- están al llegar. Rocío me sacó del ensimismamiento al advertirme de la llegada de Goran. Miré a la puerta, busqué y no encontré compañía alguna. Goran entró  solo. El exmafioso se detuvo en la entada del local, observó perplejo el Papá Noel tamaño natural colocado en el pasillo que conduce a los servicios, quedó hipnotizado por las bolas de colores que colgaban del techo y se acercó hasta el belén montado junto a la gramola…

-¿Te gusta, amigo? –le grité
-Perdón, Don Plinio, pero no me esperaba esto –mientras contestaba se acercaba hasta el final de la barra, donde yo estaba-, son cosas que no entiendo bien. No entiendo por qué tienen al niño medio desnudo con este frio y con la pasta que pilló de los reyes que hacen magia; no comprendo cómo es que nació donde nació cuando su padre todopoderoso lo hubiera podido arreglar para que naciera en Puerto Banús y en verano… es todo muy raro
-La tradición, amigo, la tradición.
-Tendría yo que haber disfrazado a mis locales de la costa de estas cosas, amigo Plinio. Igual fui descreído y fallé, ¿no te parece?

Y Goran comenzó a hablar de sus últimos negocios, de un local que llamó “El Clandestino incorrecto”, donde se permitía fumar tabaco de contrabando de Gibraltar, beber wisky de Segovia y atiborrarse de colesterol de la Mancha…

Lo que hace la desesperación, pensé. Y cambió de tercio, por fin.

-Pide dos copas, Plinio, tengo que decir algo contigo
Pido  dos gintonics y Rocío nos sirve dos cervezas.  Cada hora -nos dijo- tiene lo suyo, y a esta hora algo forzada, mejor caña y tapa. Goran cogió el vaso y sin mediar palabra despachó media caña.
-Verás, Don Plinio, quería yo saber, hablando de religión, si tú eres más amigo de Reyes de Magia o de Papá Noel.
-En asuntos de regalos soy de ‘aquí te pillo, aquí te mato’. ¿Tienes algún regalo para mí?

Goran apuró la cerveza y caminó decidido hasta la entrada del Búho de la Sala, abrió la puerta y un fogonazo de luz invadió el local. Eran las dos de la tarde, esa hora de nadie, esa hora de esperar  la llegada de otra hora, de tomar café con cerveza. Esa hora de ese día un sol brillante y metálico de invierno se colgó a la entrada de la taberna. Su luz potente y serena nos hechizó, quedamos en silencio, esperando, solo esperando sin saber el qué. Justo entonces surgió una figura recortando la luz del sol y envuelta en un humo de tabaco clandestino. Avanzó unos pasos, se detuvo  junto al belén y me pareció que oteaba el local en busca de alguien. Sentí su mirada clavada en mis ojos, segundos después sonó un taconeo que me resultó familiar, un toc-toc firme, seguro, decidido. Nos separaban pocos metros, su imagen, cada vez más nítida, fue tomando vida; la luz de sus ojos eclipso el sol de media tarde, los latidos que brotaban de su pecho silenciaron los villancicos que sonaban en la gramola, una sonrisa silenciosa y melancólica detuvo el tic-tac del reloj de pared…

-Hola, Plinio
-Hola, serrana.
-¿Cuánto tiempo?
-Una vida.
-¿Y hasta cuándo?
-Hasta más allá de la muerte.

La luz de sol se intensificó hasta engullir la figura de la dama mientras la puerta de la taberna se cerraba con un golpe seco.  En la barra, junto al gintonic que Rocío no me sirvió, apareció un paquete. Lo abrí.

-¿Qué es, Plinio? – preguntó Rocío dando saltitos para asomarse por encima de mis hombros
-Un recordar, seguro –aventuró Goran
-No Goran, no es un simple recuerdo. Es un sueño


El sueño de una vida hasta más allá de la muerte. Amarradito, para que no vuele sin nosotros.
Feliz Navidad desde el Búho de la Sala.





16 dic 2013

Epistola 1

(Goran abandona sus negocios y encarrila su vida. De viaje en viaje. Lo cuenta en sus cartas. Esperando que sea de su interés. –Plinio-)
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Goran, Epístola 1. Donde anuncia su viaje y expone sus motivos

El Búho de la Sala, tres de la madrugada. Cuarto gintonic. Mano a mano con el albanokosovar Goran Smirnoff, mafioso de flaca vocación que le da vueltas a un cambio a sus negocios. Y a su vida.
-Amigo Plinio, creo que no sirvo para esto, noto como que no encajo en este negocio. Me pasan cosas, abro un puticlub y me enamoro de mis putas, comercio con la droga y extiendo un cheque para “Proyecto Hombre”, monto una red de seguridad para extorsionar a otros locales de la costa y yo contrato con Securitas, compro un hotel en primera línea de playa para blanquear dinero y le presento a Hacienda una declaración complementaria… tengo dudas,  Plinio, amigo mío.

-¿Por qué dudas, hijo?
-¿Cree que me faltan motivos, maestro?
-Creo que te sobra vergüenza, Goran, vergüenza de hombre de bien, de la torera. Lo tuyo no es esto. 
-¿Y qué hago, sabio amigo?
-Pues eso, coño: dimitir, dejarlo todo. Te vas a la Costa, lo vendes todo y te vienes. Algo se nos ocurrirá.

Goran se levantó, dejó un billete de cien euros en la barra y se marchó. Se giró al llegar a la salida y señaló con la mirada el dinero: “Plinio –me dijo-,  invita a Pasión. De mi parte”. Es lo último que dijo antes de salir. Y lo último que supe del albanokosovar durante mucho tiempo, hasta que comencé a recibir correspondencia suya.  Unas cartas manuscritas, sorprendentes por su tono y contenido.

Goran se va. La carta:



Querido Plinio,

Es la rutina, hermano. O a mejor decir, es mi hartazgo de ella lo que me ha empujado a plantearme una vida de peregrinaje. La repetición de rostros, lugares y conversaciones provoca tal tedio en el alma que si no andas presto puede abocarte a malos hábitos como lo es la ingesta de alcohol sin medida o a la búsqueda de aficiones aún más dañinas. Con eso y todo, como bien sabes, yo me puedo considerar afortunado al haber regentado locales con mucho tráfico de gentes de muy variada condición y que me proporcionaron innumerables oportunidades para confraternizar con gentiles y hermosas damas. Pero, como ya te he contado en otras ocasiones, mi natural inclinación por la soledad y la autonomía me desencaja en una vida social indolente en sumo grado.

Te cuento estas intimidades, que para ti no deben de serlo amigo Plinio, porque me ha parecido adivinar en tu aparente desinterés por mi vida una provocación para averiguar si es un revés de amores -o de ‘Pasiones’, valga el guiño- lo que me arroja a una vida de peregrinaje cual feriante en meses de verano. Que sepas, fisgón amigo, que si bien es cierto que la mujer a la que no empujas acaba por empujarte, en este mi caso es una suma de acontecimientos los que aconsejan mi retirada; retirada que no será tal donde esté, pero sí donde estuve.

Esta es parte de mi vida misma, que no mi confesión, querido Plinio. Y será en otra misiva donde te cuente mi llegada a una ciudad muy principal, mi reencuentro con viejos camaradas y el comienzo de una noche de mucho brillo

Te adelanto, a modo de tapa y caña, que manuscribo esta misiva desde tierras béticas, en concreto desde su urbe más principal. Grandiosa, hermosa y con gente jovial y en extremo encantadora. Según cuentan otros visitantes y cantan todos los trovadores es una villa con duende. Eso dicen. Yo ya conocía las gracias que adornan a la ciudad porque, como sin duda recordarás, había realizado innumerables viajes a estas tierras siempre con la finalidad de aprovisionar ideas y elementos para mis locales costeros. Pero te confieso, amigo mío, que no hay ocasión en la que no me emocione al contemplar su caudaloso rio, sus frondosos jardines, su afamado coso taurino, su majestuosa catedral o sus otros edificios construidos con manos árabes y ganados para la causa de la cristiandad. Es sin duda, comprensivo amigo, un buen lugar para tantear mis dotes viajeras. Y en ellos estoy, como verás en próximas misivas.


Un abrazo. Goran


(Les aseguro que las cartas de Goran son tan noveladas como su propia vida. Es posible que cuente verdades, pero no sé si cuenta la verdad)







2

10 dic 2013

La Gramola y las Noches Perdidas

(Una gramola mágica, la música de Pasión y los nuevos proyectos de Goran. Lo paso por si es de su interés. –Plinio-)
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En El Búho de la Sala hay una vieja  gramola de discos de vinilo que funciona con monedas de cinco duros.  Garrafón, el dueño de la taberna, es de la opinión de que toda la música que merece oírse es anterior al invento del CeDé. Pero la gramola es mágica, explica Estrella del Rocío, siempre encuentras la canción que buscas. Clic-clic, cinco duros en la ranura y la gramola deja caer unas lagrimitas al escuchar la Canción de las noches perdidas.

Esta es la canción de las noches perdidas 
que se canta al filo de la madrugada 
con el aguardiente de la despedida 
por eso suena tan desesperada

Es la música que aviva a Pasión del Valle: Sabina, y una sesión de blues con humo de tabaco y un vaso de bourbon.  Pasión, cliente habitual del Búho de la Sala, es de las mujeres que sabe elegir el vino en un restaurante y que mantiene el pulso en una larga sobremesa.  Nadie como ella sabe juguetear con una copa de coñac o aplastar una colilla con la punta de su zapato de tacón de aguja. Su historia nadie la conoce, ni se le conocen historias. Cuando le preguntan responde con un “mi historia es lo que ves”, envuelto en una sonrisa. Y mi futuro, suele añadir, es lo que tú no vas a ver.  Es su punto canalla. Es lo que trastorna a Goran Smirnoff, es por lo que Goran Smirnoff nos acorrala en el Búho pidiendo consejos o detallando proyectos.

Aún recuerdo aquel día

Aquel día, Thomas Garrafón, el dueño del Búho de la Sala, se había plegado a la prohibición y concentró a los fumadores de la taberna bajo una carpa callejera –territorio conquistado para humos, lo llamó- donde los disidentes podíamos pasar frio con cierta dignidad. Estrella del Rocío, joven camarera del Búho y fumadora ocasional –fuma cuando tiene ocasión-, se ofreció voluntaria para el servicio clandestino de copas en el Territorio Conquistado Para Humos.

-Rocío, por favor, me vas a traer un café con leche calentito; como para un relaxin in the Plaza de la Sala
-Vamos, Plinio, ¿semos o no semos fumadores disidentes? Para tu bien te voy a traer un gintonic fresquito
-Pues ya puestos, mejor un chupito de Jack Daniel´s… espera… que sean dos. Tenemos visita

Enfundado en un abrigo tobillero, Goran llega a la terraza.

-Si no fuera porque mi trabajo me lo exige, dejaría de fumar, Don Plinio.
-¡Cuánto tiempo Goran!, ¿cómo te va?
--Regular, amigo Don Plinio, regular. Empujado por mí espíritu rebelde dejé que los hombres fumaran con las mujeres en mis locales de ocio, pero la policía española no entiende de rebeldes albaokosovares y me han freido a multas, amigo mío. Por eso vengo.
-¿Te has dado a la fuga o vienes en busca d alguien?
-No, no es eso. Es que me gustaría comentarle un nuevo giro que le quiero dar al negocio. Voy a hacer algo grande, amigo Don Plinio.
-¡Grande!
-Sí, grande. Ya estoy cansado de ser un mafioso de medio pelo, un quiero y no puedo. Así que nada, voy a crecer
- ¡A crecer!
-A crecer, Don Plinio, a crecer, a ser un mafioso como Dios manda: con sus conexiones políticas, con su banda de extorsionadores, con su red de prostitución, con sus canales de distribución de droga. Voy a montar dos o tres comandos para secuestrar y, si llega el caso, darle al gatillo.
-Tú estás loco, amigo. Eso no lo puedes hacer, es de una maldad que te supera. Y no está bien, Goran, eso hace daño a la gente. Métete a alcalde si acaso, o a concejal de cualquier cosa, podrás ser malvado sin derramar sangre.
-¿Semos o no semos, Don Plinio? Tengo que evolucionar, avanzar en la profesión.
-¿Y cuando te pillen, qué? Porque te van a pillar
-Lo tengo todo pensado, Don Plinio. Mis acciones se harán a cara descubierta, para que sepan que soy yo, hasta dejaré una tarjeta de visita: “Goran el Malo
-¿Eh?
-Claro, si es que usted no piensa. Verá, cuando ya esté forrado de euros daré una conferencia y presentaré mi nuevo proyecto empresarial: Jardines mixtos para la infancia y la edad tres, que dicen ustedes. Un pelotazo de bondad: nietos y abuelos. Contaré al mundo que estoy arrepentido de mi época malvada, que abjuro de las prácticas mafiosas y que seré bueno dentro del sistema impositivo ¡y viva Montoro!
-¿Y qué crees que vas a conseguir con ese numerito?
-Pues unos pelillos a la mar, Don Plinio. Mire usted a los encapuchados mataniños, hasta calles tienen. ¿Por qué yo no? Los derechos estramburgueses  son universales, ¿no?
-¡Qué jodio! –Cavilo mientras inicio el ritual para encender un puro- ¿qué se habrá pensado el kosovar que es este país?
-Una extravagancia, Plinio, este país es una extravagancia. Te lo dice Rocío. Y no pienses en voz alta que te oigo.

En el interior del Búho sigue sonando la gramola

los fugitivos del deber
no encuentran taxi libre para el cielo.
Esta es la canción de las noches perdidas,
lleva un crisantemo ajado en la solapa,
se sube a la cabeza como ciertas bebidas…,.



24 nov 2013

El día que Goran llegó al Búho de la Sala

(Un colega de dudosa reputación me ha adelantado el regalo de Navidad en forma de relatos ambientados en El Búho de la Sala, taberna de la que ya tienen noticias. Me pide que se los vaya remitiendo a Luís Andrés para su publicación, si los considera de interés. Pruebo. –Plinio-)

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Goran Langreneke, albano-kosovar con pedigrí, llegó a España para tomar posesión de su plaza de mafioso en la Costa del Sol. Antes de instalarse en Marbella –era la época de Roca colgando un Miró en el cuarto de baño- visitó el país de norte a sur y de este a oeste; para hacerse una idea de con quién se la juega, me explicó con posterioridad. Por aquellas casualidades que por serlas nadie sabe cómo suceden, recaló Goran en el Búho de la Sala y se me acercó interesándose por mi nuevo corte de pelo, cosa que tiene su mérito al ignorar el albanokosovar que era nuevo mi corte de pelo. Eso me impresionó. Fue el inicio de una amistad que viene durando mucho más allá de lo que duran un par de gintonics. 

-Bueno y qué, albanokosovar, ¿dando una vuelta por España? – pregunté

-¡Cierto, cierto! Camino voy del Sol en la Costa, tengo oído que profesionales como yo son de un buen futuro allí. Voy a mirar si más vale la pena que Sicilia ¿No cree usted, amigo?
-Creo que quieres ir a la Costa del Sol, pero eso son detalles. Si el sitio te gusta, caminito. Pero si lo que buscas es abono para el negocio, aunque Sicilia tiene merecida fama, España entera huele a estiércol.
-¿También aquí en pueblo tuyo?
-Aquí somos muy españoles, albanokosovar.
-Mejor me llamas Goran. Más corto. ¿Me cuentas cosas del pueblo tuyo?
-Te cuento, Goran, te cuento mientras tomamos un gintonic. Rocío, pon, invito yo.

Disimulé lo que pude, pero eran años de Mirós en los retretes, rotondas en todos los cruces y polideportivos en todos los pueblos. Campos de futbol duplicados, piscinas cerradas y aeropuertos de paseo. Era España en estado impuro: una cueva recalificada por Alí Babá y sus palmeros. Y por mucho que distraje su interés, Goran lo supo.

-Estoy pensando, D. Plinio, que igual me vale aquí que allá. ¿Tiene tu pueblo hotel?
-De momento no tiene ni calabozo, pero todo se andará. Espera que se apruebe el plan urbanístico y ya verás, ya
-Tú, cachondeo, D. Plinio, pero voy a estudiar Marbella o Sicilia o Monóvar.

Goran marchó al sur y se instaló en San Pedro. En una curva de los alrededores del pueblo montó un negoció ‘nocturno’ abierto las 24 horas: ‘La curvita de sanpedro’, la bautizó. Muy de costa, presumía él sin saber yo por qué. 

Recientemente, cuando la crisis ya ha destruido incluso los negocios ‘libres de impuestos’, Goran ha vuelto. En el entretanto montó negocios costeronocturnos que tuvo que abandonar cuando aterrizaron los rusos. ¡Qué grandes profesionales!, me suele repetir, ¡tan preparados y con tan pocos escrúpulos, D. Plinio, que se ve que han nacido para triunfar! Después viajó, de lo que ha dejado constancia escrita. A ver si se tercia y le damos difusión. Y finalmente ha vuelto para tomar un Jack Daniel´s en El Búho de la Sala. ¡Ah!, y cambió el apellido. Ahora se llama Smirnoff, Goran Smirnoff. Estrategia de marketing –me explica-, casa más mejor con mi actividad mercantil.

Personalmente, y quede esto entre nosotros, pienso que Pasión, esa morenaza que toc-toc golpea los adoquines con sus tacones de aguja, ha tenido algo que ver en el regreso de Goran. Eso y que Garrafón, el dueño del Búho, le está dando vueltas a traspasar el negocio y cambiar de aires.




12 nov 2013

Televisión de pago











                                                                    
La primera fotografía (Qui assumirà la veu d´un Poble?) me la pasa un colega y corresponde a la portada del diario Información del día siguiente al del anuncio del cierre de Canal 9. La segunda (La gent del camp vol vore l´orage i no El Tiempo) aparece en la portada del periódico valenciano Las Provincias del domingo día 10.

Son  unas imágenes muy clarificadoras, todo un ejemplo del cortocircuito intelectual provocado por la sobrecarga pública. La joven presumiblemente periodista se plantea, entre la melancolía y la resignación, qué va a ser del pueblo ahora que ellos no están para ser sus altavoces, quién será su voz. Así, a botepronto, se me ocurre… ¿qué tal el Parlamento, señora? Por su parte, el caballero que habla en nombre de la gent del camp se pregunta cómo van a entender los agricultores valencianos el programa del tiempo de Antena-3, por muy bien que lo explique Brasero. De informarse por Internet ni hablamos.

No son meras anécdotas. A modo de anotación rápida recogí en Twitter algunos momentos memorables en Canal 9 el día en que Canal Nou dejó de ser órgano de propaganda del gobierno para convertirse en órgano de propaganda de ella misma. Algunos momentos de la calentura: Un ‘profesor’  sentencia en la TVV que sin ella, “desaparecerán  culturas y costumbres seculares”, sí, seculares; culturas y costumbres han estado esperando durante siglos el cierre de Canal 9 para desaparecer. Otro: Un ‘periodista’ en C9 sentencia que el valenciano –lengua- “va a dejar de oírse”. Es ese síndrome adanista que padecen los que se han descubierto dioses. El mismo “periodista”, solidario él, dice en antena que no es lo mismo el cierre de Fagor que el de Canal 9.

El cierre de esta televisión de pago obligatoria ha provocado reacciones extraordinariamente curiosas. La de los socialistas, por ejemplo, que en un giro vertiginoso ha pasado de  exigir  la clausura de Canal 9 a prometer su reposición cuando ganen el gobierno de la Generalitat. O la de algunos periodistas que han confesado haber mentido durante un cuarto de siglo y quieren que ahora, liberados del látigo que les ha azotado durante tantos años, les creamos.  Es la confirmación de que las televisiones públicas son una herramienta. De pago y obligatorias. Caras y prescindibles. Se disfrazan de servicio público, pero ya tenemos una edad y hemos visto la TV local, la regional y la nacional, públicas y al servicio privado del gobierno del momento.  Sin empacho. Sin excepción.

Es su naturaleza, y por ello, si me preguntan, digo que el gran error de las televisiones de pago forzoso es existir. Lo doloroso, como siempre, es el factor humano: los que van al paro. Como en Fagor.
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En el Búho de la Sala

-Entonces, Plinio, quieres decir que el gobierno regional del PP cierra Canal9 por coherencia ideológica, porque los liberales son así.
-Los liberales en España se extinguieron en 1814. Luego hemos tenido versiones. Y no, el PP no cierra canal9 por liberal, Rocío, o eso creo, lo cierra porque en Valencia hemos sufrido nuestro propio zapaterazo, es decir, hemos tenido el peor de los presidentes posibles, en este caso autonómico: Camps, que ha dejado la comunidad como Zapatero dejó a la nación: hecha una mierda. Y perdón, pero es que el tío ha sido malo de cojones.
-Mejor que pidan perdón ellos.
-No suelen, para eso hay que ser muy rey y ellos solo son políticos en excedencia.

Las doce del medio día no es una buena hora para barear. Tarde para el café, temprano para la cerveza. Estrella del Rocío lo sabe, mira a ningún lado y dibuja una sonrisa apenas perceptible. Sin pronunciar palabra coge dos catavinos, los refresca con agua y los llena de manzanilla.

-He dudado entre la manzanilla de Sanlúcar y el cava catalán –me dice mientras me acerca una de las copas- pero creo que nos vamos a hartar de catalán cuando desaparezca la tele valenciana.
-Exageras, Rocío, exageras.

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(Esta mañana he oído en la radio a Ximo Puig explicar, con un caso concreto, la manipulación practicada por Canal Nou: Fíjese cómo sería la cosa, Sr. Herrera, que cuando ocurrió el accidente del metro en Valencia, Canal Nou ocultó la información y tuvimos que informarnos… ¡en otras televisiones! Vaya -me da por pensar- hay mundo fuera de la tele oficial, hay otras televisiones…se puede vivir sin televisión de pago forzoso. Yo también lo creo, Sr. Puig)


31 oct 2013

Moisés y los arrepentidos


Tenía que pasar. Alguien que se presenta para alcalde de su pueblo al grito de ¡os voy a salvar! tenía que creerse la fantasía de haber sido el elegido para “dirigir los destinos del pueblo”. Él, Moisés-Salvador. Lo ha dicho en el esperpéntico pleno del 28/10: llamado a dirigir “los destinos del pueblo”… No me canso. Se sabe que es un tipo arrojado, de un valor sin límites; él pronunció la histórica frase: “…esto de ser político se ha convertido en una profesión de riesgo. Hoy en día es más peligroso ser alcalde que minero” (SP, en el otoño de 2010). La minería es peligrosa y estos días lamentablemente se constata, pero él no conocer el miedo. Él, Moisés-Salvador, escudado tras informes jurídicos  pagados vía factura o vía nómina por el menguado tesoro municipal, se enfrenta al mundo entero si es necesario. Y si se enfrenta a todo un mundo con lo grande que es, ¡cómo no va a ponerle coto a una oposición que es un coladero! ¡Vaya que otro gol! Nunca nadie con menos escuderos se ha burlado tanto de tantos representantes populares. Vaya unos y vaya otros.

Cuando se escriba la historia de Monóvar de estos años va a faltar espacio para tantos nombres…a pie de página, el lugar que se han ganado. Un lugar pequeño, oscuro, en el sótano de la historia municipal, donde dormitan plácidamente unos políticos que parecen arrepentidos de ser concejales. Poveda cuenta y no para a quien le quiera oír: ¿Los socialistas en el gobierno?, de qué; están colocados con buenos sueldos y no se van a meter en el Ayuntamiento a ganar la miseria que ellos mismos han fijado. Es su baza, la de SP. Y su tranquilidad. Sabe que por muchas perrerías que haga, por mucho que boicotee el funcionamiento político del Ayuntamiento, por  mucha censura que imponga no le van a mover la silla. Poveda sabe que la oposición está arrepentida de estar y que solo espera oír el pitido final de la legislatura.

Mientras el establishment político espera sin agobios las próximas elecciones, a un servidor lo tienen en un sinvivir. En el último año electoral, 2011, voté tres opciones distintas en las tres elecciones que se celebraron. Por repartir juego. En las próximas, si no hay valientes que lo remedien…espero que sea época de playa.
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En el Búho de la Sala:

Mientras Estrella del Rocío prepara un gintonic le pregunto sobre sus votos en las últimas elecciones. Si no es indiscreción, le puntualizo.

- Sólo voté en las del pueblo, Plinio. Las otras se me olvidaron o me pilló un mal día. Y en las que voté no estoy muy segura de a quién voté, pero sí te digo que votase a quien votase tengo cargo de conciencia. No sé si lo volveré a hacer.

El Búho se va llenando poco a poco. Cervezas, cubatas, saludos, risas y conversaciones inteligentes: que si el penalti que no se pitó, que si el frio que no llega, que si entra trabajo en la fábrica, que si fulanito se ha quedado sin curro, que si mi niña chica está resfriada… Rocío me llama con la mano, me acerco y con voz cómplice me pregunta: ¿Oyes de qué habla el personal? De lo que les importa, Plinio.

- Cuando lleven un par de cubatas y empiecen a hablar de lo que les preocupa, Rocío, ya verás como hablan de los políticos.




20 oct 2013

Besos perdidos


Busco aquí y allá un asunto de la vida misma, una historia de la vida real que sustituya a las ficciones de política pedestre y municipal que tanto aburren a todos menos a sus protagonistas. Algo excitante para publicar en MONOVER.COM. En esas estoy cuando tropiezo con una nota de la convocatoria de un concurso de relatos cortos impulsada por una bodega de vinos en la primavera de 2011. El tema central fue el beso.

Besos y vino, ¿quién mejora a quién? Sin otras cosas en que entretenerme le iba dando vueltas a esta bobada cuando entré a “El Búho de la Sala”, una taberna con futuro.

-Lo amargo de verdad es no recibir un beso –es Estrella del Rocío, la camarera del local, que tiene la inquietante facultad de leer mis pensamientos- Deja que te cuente una historia, Plinio.



Y contó así:

Próspero y Soledad se casaron a la muy prudente edad de treinta años él y veintisiete ella. Próspero, un joven inteligente y emprendedor, tuvo tiempo de llegar al matrimonio con una considerable fortuna que Soledad disfrutaba de manera ordenada y juiciosa. Tuvieron tres hijos: Junior, el mayor, aplicado en los estudios y futuro director de las compañías de su padre; Inés, dulce y hermosa como su madre, que tonteaba con Hereus, el hijo de unos amigos de la familia y propietarios de una centenaria bodega de vinos; y el benjamín, Alex, la alegría de la casa y el orgullo de su madre. Era una vida perfecta, sin sobresaltos. La familia se codeaba con lo mejor de la sociedad capitalina, les invitaban a fiestas, eran considerados por los banqueros, los proveedores  y por todas las boutiques de la ciudad. Soledad, con su hermosura y compostura, era la envidia de las señoras que querían pasear con ella por los jardines del exclusivo casino sólo para socios. Una noche regresaron a casa después de una fiesta benéfica y Soledad, como solía hacer, calentaba un vaso de leche en el microondas para su marido. Hoy no, querida, le dijo Próspero, hoy voy a dormir sin problemas, estoy muy cansado, buenas noches. Y le dio a su mujer un beso en la mejilla. Ella lo miraba en silencio mientras él  se alejaba buscado la salida de la cocina. Antes de que pudiera cruza la puerta, Soledad lo llamó: Próspero, quiero decirte algo. Él se detuvo, se giró y esperó a que hablase su mujer. Tengo cincuenta años, comenzó diciendo Soledad, y he llevado una vida muy cómoda, Próspero; tenemos una casa fantástica, un apartamento en la playa, coches, los mejores colegios para los niños, unos hijos maravillosos, nunca nos peleamos… pero quiero el divorcio, sólo el divorcio, no pretendo dinero, ni bienes, sólo un divorcio sin conflictos, como nuestra vida. Próspero la miraba en silencio, con el rostro serio, los ojos abiertos y húmedos y una pregunta que se le podía leer en los labios:

-¿Por qué?

-Por los besos, Próspero, por los besos
-¿Qué besos?
-Los que no me has dado, los que no nos hemos dado. Los besos de pasión, los besos que buscan los labios del otro, los besos que me comen la boca, los besos que absorben el alma y aceleran  el corazón. Por esos besos que no hemos tenido, Próspero, por los besos de una vida que hemos perdido por el camino es por lo que me quiero divorciar. Y porque aún los podemos encontrar, pero no aquí, no nosotros con nosotros.

Estrella del Rocío acabó en este punto  su historia y se dispuso a preparar un gintonic mientras susurraba… ¿Plinio, tú crees que los besos perdidos se pueden encontrar?
-No lo sé, Rocío, pero no conozco a nadie que haya recuperado un beso perdido. Han encontrado besos nuevos, pero recuperar una vida…

Plinio







27 sept 2013

Somos siete, más los 'hombres de negro'


Ha sido impresionante. Lo del alcalde, con esa aureola de sabiduría nueva que le ha comprado a sus amigos los ‘asesores externos’. “Van a cambiar muchas cosas”, ha dicho SP con esa seguridad que da tener el número de teléfono del ‘asesor externo’.  ¡Qué suerte! Y las envidias que despierta: Ginés ha propuesto que cuando se reúnan los partidos políticos, cada cual  lleve su propio equipo de ‘asesores externos’. Una pasada cómo les ha cortado a los socialistas las urgencias; vamos, que se han largado cabizbajos del salón. Qué eso vale dinero, pues sí, pero oye, cómo mola ver a tu alcalde con ese temple.

Y eso que éste pleno interminable ha empezado de buen rollo; la frase estrella durante la primera hora ha sido: “… si no me equivoco, porque si eso, ya me rectifican ustedes…”. Tierno es también el “o no me ha entendido o, que es lo más probable, no me he explicado bien”.  Luego, el desamor. Y el lamento del gobierno: SOMOS 7, han repetido un par de portavoces populares. El SOMOS 7, divertido nombre de garito festero, es la coartada del gobierno para aquello que no puede o no sabe hacer. No hay presupuestos porque somos siete, suben los impuestos porque somos siete, se encarecen los servicios porque somos siete, no se invierte porque somos siete…y en un habilidoso volteo de tortilla, aquellas cosas que les salen bien es…¡a pesar de que somos siete! Son siete, y con la suerte de que en el otro bando son diez en tres grupos malavenidos. Aquí nadie se puede quejar, salvo los ciudadanos.

Por ser siete o por ser diecisiete cabreados, estamos sin presupuestos desde hace ni se sabe cuántos años. Ridículo y bochornoso.  No tener presupuestos significa no saber a priori de dónde vienen ni a dónde van los euros. No tener presupuestos implica hacer encajes de bolillos (llevar dinero virtual de acá para allá, con el consiguiente peligro de los ‘pespuntes’ presupuestarios) y depender de un talento negociador que no se ve por ningún sitio. Y eso es achacable al grupo de los siete y a los grupos de enfrente, incapaces de gobernar ni juntos ni separados a un pueblo donde SOMOS 13.000. Más de siete y más de tres grupos que suman diez. La solución, no sé, quizá esté en lo que ha dicho al final del pleno la voz de un conocido funcionario que se ha unido al grupo de los siete: Los hombres de negro.

En resumen, hoy, y para hacerlo un poco más largo y cultivar las amistades: El grupo socialista no sabe defender sus puntos de vista; le falta grupo, incluso liderazgo, o eso parece, porque si no, de qué iban a abandonar el pleno sin batallar. Y es una lástima porque algunos de sus puntos de vista son bien interesantes. Los populares tienen el que, en mi opinión, posee el discurso más brillante del pleno mientras no lo contamine SP: Lorenzo Lorenzo, aunque no llega a compensar la vacuidad del partido de Poveda. Y luego Ginés, que básicamente ejerce de Serrello, lo que hace como nadie. ¿Y quién más?, ah sí, Orgilés.



31 ago 2013

Tardes de verano V / COLORIN COLORADO

 Memento mori y carpe diem no es lo mismo. Suenan ambos a expresión cultureta y pelín pedante, a pub de moda y a frase pija en la barra del Piripi, pero no son lo mismo. Tienen en común que son latinajos, sí, pero mientras que uno –memento mori-  es una ducha fría de realidad, el otro es un anhelo.  Son los dos de una descripción absoluta, completa, sin matices. Y difíciles de emplear. Servidor, que conoce su significado por el mismo motivo que ignora otras muchas más cosas, por casualidad, nunca he sabido cuándo ni cómo encajarlas en una conversación. Hay que tener muchos libros leídos y muchas tertulias inteligentes oídas para dejar caer un carpe diem sin afectación, como si fuese la extensión de uno mismo. Es como el fumar; conocí a un tipo que en la misma Iglesia se encendía un Ducados después de tomar la comunión sin que nadie reparase en el embriagador aroma de las cerillas. Así de natural es el nota.  Con esto de los latinajos pasa un poco lo mismo: lo importante es que parezca que lo traes aprendido de cuna, que no se note que te lo has estudiado la noche anterior. Y si no, mejor no emplearlo y dejarlo correr, que es lo que hace un servidor de ustedes. Salvo hoy.



Y es que hoy y aledaños es el último carpe diem del verano, la última oportunidad de aprovechar un postrero suspiro estival. Nos lo venían avisando todo el verano: memento mori, esto no es eterno, ¡se termina!; así lo auguró nuestro particular siervo romano, el pepito grillo tocapelotas. Y llegó el final. Queda el asunto de las fiestas locales, una prorroga veraniega que ya pertenecer a otro capítulo.

Ha sido un placer estar con los dos o tres lectores que me dice Luís Andrés he tenido este mes de agosto.  Uno es el mismo Luis Andrés, por obligación, otro un servidor, por narices; y el tercero es un despistado sin identificar renovado semanalmente. Me encantaría decir que un servidor escribe para lectores de calidad, pero no. La verdad es que lo hago para un alma cándida extraviada que, eso sí, va cambiando en cada entrega. Y colorín colorado, fin. ¡Se acabó!

A partir de ahora, la asquerosa realidad: Barcenas, EREs, Rajoy, UGT y sus extrañas facturas, Artur Mas, Junta de Andalucía, nacionalismos, mentiras, subvenciones robadas, niños malnutrido en Cataluña, subvenciones para propaganda en las TVs , políticos, corrupción, banderas, paro, Gibraltar, Urdangarín,  impuestos, recortes, mariscadas sindicales, sobresueldos, guerras, lista de espera en los hospitales, Salvador Poveda que estás en la alcaldía, Vidal y Orgilés que no queréis la alcaldía, gota fría, twitter, Telecinco, días cortos y noches frías…¡ufff, qué lejos queda la primavera!

Y llueve.

Feliz regreso a la realidad.


21 ago 2013

Tardes de verano IV/ CUANDO LA TEMPORADA DE FÚTBOL INVADE LA TEMPORADA ESTIVAL


Las fuerzas conjuntas del maligno y del benigno se han confabulado para que este agosto lo sea menos. Incluso que no lo sea. Tan es así que ya pensé que estábamos fuera del puro verano. Pero es que no. Es solo cosa del negocio. Del negocio del futbol, lo que me ha desorientado.

Cuando un servidor era niño chico, Gento jugaba los domingos, con bufanda y en blanco y negro.

 La canción, ¿les suena?
Por qué, por qué… los domingos por el fútbol me abandonas
no te importa que me quede en casa sola.
No te importa
por qué, por qué… no me llevas al partido alguna vez!

[Época en que las chicas se preguntaban qué potente veneno es el fútbol que incluso fomenta el abandono conyugal.]

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Quizás quizás… tu me mientes al decir que vas al fútbol
es seguro que lo empleas como escusa
es seguro
quizás quizás… yo me entero alguna vez de la verdad!

[La sospecha]

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Te seguiré y comprobaré si con otra vas,
no me engañarás
contigo iré y si no es así, tú verás…
con mamá
, mamá, mamá volveré!

[La gran ventaja de las chicas…siempre les queda mamá]

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Los campos de fútbol  los recuerdo embarrados, con el balón frenado en los charcos y las gradas repletas de señores con bigotito y media calva que de pie y enfundados en abrigos con el cuello subido le gritaban al árbitro cosas feas. Hijo de puta y eso. En el NO-DO lo traducían como “una respuesta del público a la provocación ‘del de negro’. Indignados, los buenos aficionados españoles le preguntan al árbitro si está ciego”. Esto, claro, si se trata de un partido internacional y el árbitro, ¡inglés!, se ha comido un penalti de libro. Si el partido era de liga nacional el NO-DO prefería hablar de la “legendaria bravura de los vascuences, dignos herederos de los míticos conquistadores hispanos,  que no dejan pasar un error arbitral”. Pero para mí que le decían hijoputa.

Me hice del Madrid por ser de alguien, aunque mi pasión oculta siempre ha sido el Hércules. Oculta, tan oculta que nunca recuerdo que le tengo querencia. Y lo poco que ellos ayudan. Pero cuando uno es un buen español, un españolazo diría yo, ese uno tiene que ser de un equipo de fútbol con la misma seriedad y firmeza con la que es pro o anti taurino. Así que me hice forofo a tiempo parcial de un equipo cómodo y no encontré motivos para convertirme en antitaurino. La tarea, reconózcalo, no es fácil, porque ¡manda huevos ser un españolazo en España!  Pero aquí estoy, resistiendo: del Real Madrid y taurino. Ya solo falta que me guste el fútbol y los toros.

Les he contado todo esto para justificar mi retraso en estas citas estivales, citas de tardes agosteñas empapadas de naderías. Como pueden comprobar, el motivo tiene sustancia. Tanta que siento decirles que la temporada estival, sabedora de sus flaquezas, huye en desbandada ante la regia presencia del futbol, el imbatible. Señores, señoras, Su Majestad el Fútbol. Con bufanda y abrigo. Aun en Agosto.




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