27 abr 2010

Un policía per capita


El grueso de las portadas de los periódicos lo ocupa el paro, la crisis y Garzón. Hay, sin embargo, una pequeña noticia en la esquina de un periódico que me ha obligado a frotarme los ojos. Es esta:





Consulto el calendario: 2010. Consulto el mapamundi: España, Europa. Vuelvo a mirar la noticia y me acuerdo de la suprema aportación de Trillo a la cultura popular: ¡manda huevos!

Lo lamentable es que puede ser cierto. Y lo triste es que puede crear escuela y plagarse la geografía nacional de inspectores de buenas costumbres.  Y a más: alentar a la población a delatar a los `malos ciudadanos´.

Hace años, el líder de una pequeño partido nacionalista valenciano propuso que se recogiera en un reglamento la elaboración de la verdadera paella valenciana. Alguien le preguntó: Don Vicente, ¿qué hacemos, creamos el cuerpo nacional de inspectores de paellas con libre acceso a todas las cocinas españolas?.

La ministra Aido se ha propuesto convertir la anécdota en categoría. Y es sólo el principio. Pronto nos colocarán un policía de buena ciudadanía en cada esquina

26 abr 2010

una piscina para la eternidad


 Ellos lo saben, los timoneles lo saben. Y los remeros también.

    Un remero medio decente me lo cuenta delante de un Chivas (bajando de este nivel -se justifica-, el wisky me produce ardor).:

    -En política, Búho, lo que importa no es lo que se hace día a día. Lo trascendente, lo que se graba en la memoria colectiva, es lo que dejas hecho. Es lo que se ve cuando paseas. 
    -Lo que dejas hecho...
    -Claro, es la prueba de vida de un político. A ver, ¿Tú sabes, Búho, cómo gobernaban los faraones egipcios, sabes acaso cómo se compotaban con su pueblo?
    -Así, a bote pronto...
    -Pero sabes quiénes eran los faraones...
    -Claro, los que levantaron las pirámides.
    -¡Ahí lo tienes!. ¡Qué importa si fueron justo o injustos con su pueblo, qué más da lo que pensaran o en qué creían! Las pirámides, eso es lo que dejaron hecho y por eso se les recuerda.
    -¿Otro wiski, Equis?
    -Me paso al yintonic. Tengo la garganta seca.

    Equis es el apóstol que me han asignado para devolverme al redil. Yo me dejo querer. Me divierte ver cómo mi apóstol se convierte en mi `garganta profunda´

    -Y digo yo una cosa, amigo Equis, ¿cuales son vuestras pirámides?
    -Cosas modernas: piscinas cubiertas, campos de deporte, un plan general, las fuentes, la plaza de toros, las calles nuevas, los locales que inauguramos...muchas cosas, Búho.
    -La piscina no tiene agua, los nuevos deportivos han multiplicado su precio, las fuentes no dan de beber pero darían de comer a mucha gente con lo que habéis pagado...no sé amigo Equis, creo que han de pasar muchos años para que el pueblo se fije sólo en lo que dejais hecho y no en cómo lo habéis hecho.
    -El pueblo es de memoria frágil. Y el circo que va a empezar entretiene y anestesia. No entiendes de política, Búho, no entiendes. 
    -Y no sé si quiero entender....

    
    Por mi apóstol Equis he aprendido que los timoneles nunca caminan solos, nunca piensan solos, nunca trabajan solos; he aprendido que los timoneles no son nadie solos. Los timoneles necesitan que los arropen, que piensen con y por ellos, que les trabajen. Los timoneles necesitan ruido, remeros rendidos y halagos sin fin para sentirse útiles. Y sobretodo los timoneles nunca planifican más allá de las elecciones; salvo cuando sueñan con la eternidad, con su eternidad ligada a una fuente o a una piscina, aunque estén secas.

    Y qué fácil es eso en una pequeña ciudad de provincias preocupada en tener fresca la cerveza.


El Búho de la Sala. 

25 abr 2010

Nostálgias

El `caso Garzón´ no es el caso Garzón. Es un pretexto. Lo que en realidad se discute es un asunto que se creyó resuelto hace la friolera de treinta y tres años. Son los nostálgicos.

Muerto Franco, Fraga presentó a Carrillo en el Club Siglo XXI, donde el dirigente comunista -de tomo y lomo, dijo Fraga- reivindicó la reconciliación nacional que `El Partido´venia pregonando desde los años cincuenta.  Fue la escenificación del `pelillos a la mar´, del corte de mangas a los odios fratricidas; el ya está bien de darnos de hostias, fue el mirar para otro lado y hacer como que olvidamos, el tomar un café juntos y hablar:

-Bueno, ¿qué hacemos?
-Mirar p´lante. Los españoles de hoy no tienen la culpa de que nosotros fuéramos unos gilipollas. Vamos a construir juntos desde cero.

Los españoles de la época se entusiasmaron y se pusieron manos a la obra: amnistía, libertad. Constitución hecha por todos. Respeto a la voluntad popular. Futuro. Libertad sin ira ni rencor. La transición. El transito de una dictadura a una democracia con la base del consenso y la reconciliación. Y funcionó. Era el espíritu de la transición que impregnó una sociedad joven e ilusionada.

La Constitución del 78, 32 años, que es la más longeva tras la moderada de 1876 y que ha demostrado ser un marco donde caben todas las opciones democráticas, fue apoyada por los grandes partidos nacionales y por la inmensa mayoría del pueblo español. Fue la materialización del gran pacto nacional.

Hoy, los nostálgicos ponen en entredicho ese pacto nacional, el primer pacto serio desde que nos invadió Napoleón. Hoy, los nostálgicos que necesitan a Franco para justificar su existencia, quieren abolir el espíritu de la reconciliación y volver al enfrentamiento civil. Son la reacción, los reaccionarios.

Esto y no otra cosa es lo que se debate con el pretexto del caso Garzón. Por cierto, el juez y su defensa han pedido sosiego para no enturbiar su defensa. En toda esta locura donde se ha acusado al Tribunal Supremo de cómplice del franquismo, ha sido el imputado juez Garzón el más prudente; hasta ahora, que fácil es que se deje llevar por la marea reaccionaria que está pidiendo un nuevo enfrentamiento civil.

Las cosas, digo, en su sitio: la extrema izquierda se quiere cargar el sistema de división de poderes, quiere romper el principio de legalidad y pretende fundar un nuevo sistema donde la ideología prime sobre la ley. Que lo digan abiertamente y se lo propongan a los españoles en unas elecciones: queremos -deben anunciar- romper el sistema democrático y pasar a un régimen donde, como en el franquismo, sólo quepan unos pocos españoles. Y a ver qué pasa.

Y mientras, los extremos de derecha e izquierda toman la calle, enarbolan banderas inconstitucionales y se reúnen para decir lo mismo con distintas canciones. De seguir este acoso a las instituciones habrá que pensar si no hora de que los demócratas tomemos la calle en defensa del sistema de libertades y el estado de derecho.

19 abr 2010

Suenan igual


 

   ¿En qué de diferencian? No es una pregunta retórica, es curiosidad. Me refiero a los `lideres locales´. Los tres con mando ne plaza -el camarote de los Hermanos Marx- coinciden hasta en la desconfianza. Procesionan detrás de la Virgen mirándose de reojo; visitan a Ripoll -el jefe provincial- vigilando cada paso que da el otro; se alinean en formación para salir en la foto y se miden los tiempos de propaganda televisada. ¡Qué pesadez, tanta mano para tan poco timón!

    El otro, el aspirante, según cuentan los iniciados, bebe los vientos por una procesión y jura en arameo contra la censura impuesta por el poder...ya llegarán los mios, debe de pensar.

    Intercámbienlos, es lo mismo, suenan igual. Unos con más acento, otros con menos, pero todos con el mismo sonsonete: que nos subvencionen, que nos den pelas para pagar las nóminas, levantar fuentes y ampliar presupuestos. Y rápido, que hay mucha foto pendiente. Se sienten importantes, hasta se creen imprescindibles. ¿Para qué?

     En la pesada atmosfera del pueblo hay suspendidas dudas que no le quitan el sueño a nadie. Es parte del juego, nos decimos resignados. Presupuestos millonarios que se estiran como el chicle, rumores de `gratificaciones´ a los de confianza, encajes de bolillos para cuadrar presupuestos aquí y allá. Y mucha foto, y mucha risa triste, y mucha palmadita en la espalda. Y más que habrá: se acercan las elecciones y el paro puede le llegar a la casta. Nos da lo mismo, son lo mismo. Es la casta. Son gente de estirpe.

    Y el puto polvo islandés que nos impdide coger un rayaner y huir...

El Búho de la Sala. 

de la cojera a la gangrena


(Pudo haber sido así:)


    Le pregunto a un tipo medio sensato en la intimidad de un gin-tonic: ¿cómo es que os habéis juntado, acaso no veis que la compañía os achica?  "El gran timonel -me dice- no ha nacido para perder, somos grandes, somos ganadores" Era el primer gin-tonic. Lo intento de nuevo, le recuerdo que quien se junta con un cojo, si al año no cojea, ranquea. "A nosotros no nos pasa -sentencia-, controlamos, somos astutos" Apuramos el gin-tonic. Pido otro.

    Que el poder ciega lo sabía; que la codicia de poder prostituye, lo sospechaba; pero que la necesidad de poder humilla, lo ignoraba. Y es que a mitad del segundo gin-tonic descubro que aceptaron la alianza por necesidad. Mísera y vil necesidad.

    "Hay que tener humanidad -se pone tierno-, entiende que los hay que están a un rato de la jubilación, otros que se han quedado sin trabajo, alguno que no sabe hacer otra cosa. Y el timonel, el gran timonel, que necesita vencer al recuerdo de su propio nombre. No lo entiendes -remata con un suspiro-" Gran verdad, no lo entendí. O sí, pero me dio vergüenza.

    Tal vez, sólo tal vez, la cojera se ha extendido. Tal vez, sólo tal vez, el mal ha gangrenado y haya que amputar. En democracia se amputa con el desdén.


El Búho de la Sala. 

Todos quieren la maquinita de hacer dinero


 

   El PSOE ha emprendido una campaña para denunciar la manipulación de los medios de comunicación municipales. Bien, pero corto. Les ha faltado valor, o les ha sobrado corsé doctrinario. Lo más probable es que sólo estén pidiendo su cachito de la tarta y que le levanten la censura.

    Me sumaría a la protesta si fuese completa. Y sincera.  Me uniría a la protesta contra la existencia de medios públicos, contra la maquinaria de propaganda. No se atreven. Quieren su cachito de tarta, quieren vigilar la maquina de la propaganda para el día que ellos tengan la llave. Es trampa.

    Peor es lo del PP. Se supone que es un partido con ribetes liberales. Falso. Están encantados con el artilugio de la propaganda, con la posibilidad de ofrecer su versión de la vida municipal, con la comodidad de mostrar su visión de la perezosa vida pública. Están en su derecho de hacerlo, como lo está el PSOE, pero con su dinero. Que lo paguen de la cuota de sus afiliados, no de los impuestos de los ciudadanos. Que hagan como El Corte Ingles: pagar la publicidad de su bolsillo. Del suyo, no expoliando la cartera de los civiles que nada tienen que ver con las fobias y filias de los políticos. Son otro mundo, un mundo pesado y aburrido que no tenemos por qué pagar.

    Ni unos ni otros tienen autoridad moral para protestar. Si alguien puede reclamar son los empadronados, los paganos; y los profesionales que trabajan en los medios y tienen que sufrir las disputas de unos niños revoltosos que mandan o quieren mandar. Una lastima.

    Nota.- Dense por nombrados los dos timoneles que acompañan al PP y que ya disfrutan de su cachito de tarta.

El Búho de la Sala 

Timoneles


 

    Se equivocó George Orwell cuando dijo que la libertad de expresión es "decir lo que la gente no quiere oír". O eran otros tiempos. O era otro planeta. O era un ingenuo. En este país y en esta ciudad donde los políticos han expropiado a la sociedad alguna de sus funciones, la libertad de expresión es decir lo que el poder no quiere oír. Y tener dónde decirlo.

    La noticia es que los tres timoneles se han reunido para declarar que la oposición no se puede manifestar en sus medios de comunicación. Censura en los medios del poder, en los medios que controlan los timoneles, en los medios que de verdad llegan a la mayoría de la gente. Motivo: solapada acusación de robo y estafa; un politiqueo bobo. Una estupidez. Cuando alguien tiene sospechas de que se está robando o estafando lo investiga y lo denuncia en el cuartelillo de la Guardia Civil. Otra cosa son palabras al viento que se quieren colar en un titular. Un juego. Niños.

    La almendra de esta polémica provinciana y aburrida no es que los tres timoneles copien con entusiasmo las prácticas de Chavez o que el aspirante se deslengüe con acusaciones sin probar, el problema es que los políticos tienen medios de comunicación. De ellos, de su propiedad, porque  todo lo público -eso creen- es de su propiedad. Y ejercen como propietarios, y abren la puerta o la cierran a su capricho, y admiten o expulsan según les apece; y se sorprenden si alguien quiere entrar sin su permiso. Y se cabrean y los echan. Lo hacen los tres timoneles y lo hará el aspirante a timonel cuando lo sea. Porque se lo creen, se creen timoneles, se creen guías y luz.

    Mientras que la política, los políticos, los falsos políticos, piensen que la ibertad depende de ellos, la libertad estará amenazada. Ahora piensan que la libertad de información en esta pequeña ciudad de provincias depende de ellos, de su arrojo y valentía. No entienden que la libertad es de cada individuo y que no necesitamos que nos la administren. Limítense a tener las calles limpias, iluminadas y bien asfaltadas, a que nos sintamos seguros y libres, y dejen que las leyes establezcan el marco para el ejercicio de las libertades. Dejen que la política, la convivencia, la ejerzamos los ciudadanos y no se metan en lo que no saben.

O construyanse un pueblo de cartón piedra y jueguen a políticos de cartón piedra.

El Búho de la Sala 

De cartón piedra



    Fue hace muchos años; lo dijo un alcalde en tiempos de la transición: "El futuro de Monóvar es convertirse en una ciudad dormitorio". Así me lo contaron, y eso me irritó con la cólera del nacionalismo herido, del localismo agraviado, del orgullo mancillado. Con el tiempo se me pasó.

    La edad me ha templado el carácter, los viajes han curado mi escaso nacionalismo y las lecturas me han abierto la mente. No sé si si mucho, sé que lo suficiente para darle la razón al alcalde que quería convertir Monóvar en un enorme dormitorio. Ahora ya es tarde. La ciudad se ha convertido en un pueblo de cartón piedra que centra todas sus esperanzas en servir de escenario para fotografías de propaganda. Los políticos deben aceptar el futuro de Monóvar y ahorrarnos un buen dinero. De haberlo hecho antes hubiera sido suficiente una piscina de cartón piedra para la foto, una foto que ha costado millones de euros en una piscina de verdad de la que han perdido las llaves.

-Señor, es uno del pueblo que quiere saber cuándo se abre la piscina
-Gutiérrez, usted que tiene labia, explíquele que eso es un lío.

    Y continúan pasando perezosamente las hojas del `Marca´.

    Van a echar abajo el `Fleta´ y lo van a levantar de nuevo. ¿Tanto dinero para una fotografía?. Construyan un decorado de cartón piedra para la foto, es más económico. No me harán caso y se gastarán un dineral para lucirse en colores, luego -es lo patético- perderán las llaves como han perdido las de la piscina o se han olvidado del plan general que iba a revolucionar el pueblo.

-Señor, es un forastero que quiere sabe si se aprueba el plan de los ladrillos para construir en el pueblo.
-Gutiérrez, usted que tiene labia, explíquele que eso es un lío.

    Y mueven lentamente la cucharilla en la taza de café.

    Ya es tarde. Monóvar es una ciudad melancólica que los jóvenes mejor preparados quieren dejar atrás. Con un paro que dobla al de la media de la Comunidad Valenciana, saben los jóvenes que no es un pueblo con futuro. Una ciudad cuyos dirigentes se han peleado a brazo partido para tener un jugosos -relativicenlo con sus trabajos- sueldos y para colocar a sus amigos, no es de fiar. Es viejo, está anquilosado. Los veinteañeros con estudios y los treintañeos con iniciativa buscan su futuro fuera del pueblo de los abuelos. Los que pasan a mejor fortuna se instalan en ciudades con pulso en las calles. Ni siquiera una ciudad dormitorio. Ya es tarde. Sólo los que nos envolvemos en la nostalgia de un pasado más vibrante o nos quedamos paralizados por el temor a las sorpresas, aspiramos resignadamente a pasear por un casino de provincias entre cuchicheos y miradas de reojo. La gran aventura de nuestras vidas.

    Demasiado tarde. La crisis, la maldita crisis, les ha quitado a nuestros políticos el juguete de los `pais´, el entretenimiento de contar los millones que las constructoras les mostraban para redondear sus negocios. Nuestros políticos de 9 a 3 y los fines de mes a cobrar, se han quedado desorientados, no saben qué hacer con este pueblo. O sí: echar abajo y levantar de nuevo para salir en la foto. Pues háganlo de cartón piedra, al fin y al cabo hablamos de políticos de cartón piedra. Políticos tristes a los que les da pereza gestionar un pueblo cada vez más de cartón-piedra.

    Se acercan las elecciones y no le importa a nadie salvo a los políticos con el sobre a fin de mes. Y a los que han colocado. Y a los que quieren el sobre a fin de mes. Y a los que defienden con uñas y dientes que el sol sale por el oeste si el cargo y el sobre depende de ello.

-Señor, es la gente, quieren saber que qué hay de lo suyo.
-Gutiérrez, usted que tiene labia, mándelos a tomar por culo.

    Demasiado tarde. Monóvar hubiera podido ser una ciudad dormitorio decente. Al menos era un proyecto, ahora no hay proyecto ni modelo. Sólo cartón piedra.

    Y miran con desgana la plaza del ayuntamiento desde sus ventanas. "Ha quedado mona", piensan. Luego, descansan.



El Búho de la Sala 

18 abr 2010

Atila el bombero




El titular importante no es el del caos agudizado por la nube islandensa. No, eso  es cosa de la naturaleza y poco podemos hacer los mortales, aunque ya son ganas de ver la cara negativa. Bien hubiera podido titular el periódico: Islandia contribuye a limpiar el ambiente de CO2 al propiciar la disminución del tráfico aereo. O algo así.

Algo así ha hecho la señora Salgado con su "hemos conseguido estabilizar la economía". Vale, me he acordado del tío de abajo, Atila, el rey que no dejaba crecer la hierba, que bien hubiera podido pasar a la historia como Atila. el rey que acabó con los incendios forestales






15 abr 2010

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Cuando el Estado de Derecho es un estorbo

Estoy deseando saber dónde se ha equivocado el juez Luciano Valera, fundador de Jueces para la Democracia y de izquierdas, según cuentan. Lo espero para aprender, que, como es sabido, del debate inteligentes salen las conclusiones sabias. Esperando estoy. No valen insultos. Esperando estoy. Y Garzón, también. Estamos esperando.

No llegan, y me temo que no llegarán, los argumentos legales en defensa de Garzón. De momento solo ha habido mitines e insultos. Si Garzón es fino jurista (nadie ha dicho que lo sea) estará preocupado por la falta de solidez en su defensa, por la ausencia de razonamientos jurídicos y de voces autorizadas que no se limiten a acusar al Tribunal Supremo de ser una banda de requetés. Hasta la fecha en que dejo esto escrito, no he oído una voz de peso con argumentos serios. Los sindicatos UGT y CC OO, en compañia del sindicato de la ZEJA (que han recibido cuatro millones de euros del gobierno) y de la extrema izquierda se han volcado con Gazón. Mientras, se ha eliminado del debate la presunta ilegalidad del ciudadano Garzón, que ese, y no otro, debería de ser el objeto de la discusión. No olvidemos que Garzón es juez de profesión y, como usted o servidor, ciudadano de condición, y como a usted y a mi  -simples ciudadanos- debe de tratarlo la justicia. Sin castas.

El Estado de Derecho es un estorbo para los radicales, eso ya se sabe; pero que el gobierno de la nación aliente el ataque de las instituciones es, al menos, una irresponsabilidad.

PD.- Esta campaña de agitación, me recuerda, no sé si con razón, a los días posteriores al 11M. Todo por el voto.

1 abr 2010

________________
Zapatero, Rajoy: ¡okupas!

Según una encuesta del CIS, los políticos y los `okupas´ tienen la misma -mala- consideración de los españoles. Pues sí, ¿por qué no? Actúan parecido.


A fin de cuentas los políticos justifican su existencia okupando nuestras vidas. Le llaman `regular´ la convivencia, es decir: ordenar y prohibir, sobretodo prohibir. Okupan nuestro trabajo, nuestro tiempo libe, nuestras relaciones, nuestras costumbres, nuestros valores, nuestros vicios, nuestras aficiones y hasta nuestros pecados. El catálogo de okupaciones es oceánico, y todas -dicen ellos- es por la libertad y los derechos colectivos. Con esto, con el argumento de robustecer los derechos y la libertad colectiva, okupan y recortan nuestra libertad individual.


No hay sorprenda, pues, que en un arrebato de lucidez los españoles hayamos igualado a los que son iguales: políticos y `okupas´.
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