25 ago 2014

Tardes de Verano IV/ Repito: ¡Vive la France!"


(En las tardes de verano, con los políticos de aquí y de allá en stand bay y con escasas posibilidades de cometer barrabasadas, los temas escasean, la imaginación se aletarga y las trivialidades se multiplican.
Por ejemplo:)

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Cuentan los papeles que las francesas han perdido interés por el topless. Lo dice un estudio que por cierto no incluye el nivel de interés de los franceses sobre el tema. Pero interés, haylo. Introduzcan las palabras “topless francesa” en Google y en milésimas de segundo aparecerán cerca de 600.000 entradas.  Mi conocimiento de internet, apenas un vulgar ‘nivel usuario’,  no me permite saber si Google clasifica las consultas por zonas geográficas y poder así comprobar si hay más curiosidad en las zonas costeras o en el interior. A falta de métodos más científicos para averiguar si el desinterés de las ciudadanas de la V Republica francesa  por el desnudo pectoral femenino influye en las tardes de verano monoveras, podemos acudir a dos clásicos de la sociología popular: el taxi y la barra del bar, indicadores de los de andar por casa con un alto grado de fiabilidad. Personalmente creo que el criterio del taxista es mucho más fino y atinado, se trata al fin de un hombre de negocios cuyo principal objetivo es entretener  a un prójimo mientras lo traslada de un lugar a otro. Y ojo a esto: ¡sin malos rollos, que es cliente! Por todo ellos deduzco que el tema con el que inicia la conversación un taxista es asunto de máximo interés y ya convenientemente tertulianeado en las radios y las televisiones de España. En Monóvar, el ‘universo’ -que dirían los sociólogos- de taxis objeto de estudio es el de servicios mínimos: uno.

Vamos al bar.

El Búho de la Sala, cuya existencia ya ven que se remonta a la noche de los tiempos, solo tiene registrados dos debates sobre el asunto éste del topless. Uno, de menor interés, cuando Interviu sacó en portada una imagen con tres cuartos de Marisol desnuda. Una niña mona, sin más. El topless peleón y racial lo provocó la misma revista con una portada de la Faraona  a pecho descubierto.  La Lola de España, la pechera de una nación (cuesta mucho escribir ‘teta’ hablando de la Lola). Asuntos puntuales, apenas. Nunca hubo en el Búho de la Sala un debate serio sobre el topless, por lo que deduzco que el tema, en este Monóvar sin playa y con piscinas familiares, tiene poca chicha. Comprenderán sin embargo que el topless y por extensión el  nudismo, por su propia naturaleza fresca y desinhibida, es asunto muy conveniente en las tardes de verano. Y por la poca controversia que suscita, circunstancia ésta que favorece mucho la vespertina desidia de los agostos municipales. Por lo general, las conversaciones sobre el topless y momentos similares, cuando son entre hombres, suelen acabar – insisto: terminar-, consensuadamente con un tolerante “que hagan lo que quieran” o un chulesco “no nos van a enseñar nada que no conozcamos”. ¿Que cómo son las conversaciones sobre la cuestión entre las chicas? Ni idea. Pero intuyo, por su capacidad de fijarse en los detalles, que mucho más interesantes.

Sea como fuere, a ciertas edades de unas y de otros, la fuerza de una par de tetas está más en lo que encierra que en lo que enseña.  Comparen la fotografía de la Lola en Interviu con los abanicazos de la misma Faraona en el arranque del video y me entenderán. Una vez más me rindo ante la racionalidad francesa: menos tetita ñoña y más Zarzamora con ojos de mora. ¡Vive la France!




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N.B.- Rutas alternativas en busca de nuestra ‘marsellesa’. Hoy, un símbolo que se nos rompió:


La Fuente de los Leones. Palacio de la Alhambra, Granada

Alguien, siempre hay alguien, nos contó en versión novelada cómo el Espíritu de Toledo tomó forma de fuente en Granada.

Ibn Ahmar, rey de Granada, quedó prendado de la fuente que su visir Ibn Nagriella tenía en su palacio. El visir se la regaló al rey, que la convirtió en el centro de uno de los patios principales del palacio que estaba construyendo, el llamado palacio Al-Hambra. La fuente, sin embargo, es un conjunto de significado judío: los doce leones, que representan las doce tribus de Israel, tienen marcada en la frente la estrella de David. Ibn Ahmar era un rey de inteligencia poco común, y sabia que la fuente no simbolizaba la fe judía sino el tronco común de nuestras creencias. El agua, explicaba el rey, que desde el centro del patio cae de la boca de los leones, desemboca en cuatro canales que se dirigen a cada uno de los puntos cardinales, evocando la fuente que según el Corán está en el centro del paraíso. O los cuatro brazos que, según el Génesis, resultaban de la división del río que salía del Edén: Pishon, Ghion, Tigris y Eúfrates. Es un texto común a las tres religiones. Y hay más: el diseño del patio se inspiró en otro patio, el de Salomón descrito en el Libro de los Reyes de la Biblia. Y, si me lo permiten, un último dato que convierte a esta fuente y su entorno en una nostalgia de libertad y tolerancia: la construcción del patio se la encargó el rey moro a un arquitecto cristiano. Solo esta circunstancia permitiría conjugar los recuerdos de los claustros de los monasterios cristianos rodeando el patio con la evocación de primitivas casas árabes, es decir, las tiendas de lona del desierto, en un mismo escenario.

(Más detalles y mejor narración en “Peón de Rey”, de Pedro Jesús Fernández)

La fuente de los leones ya no puede ser nuestra ‘marsellesa’. La inquisición, la expulsión de los judíos y siglos de intolerancia católica rompieron el embrujo. Ni siquiera podemos recuperar el espíritu de las tres religiones en comunidad; la intolerancia islámica, el asesinato de cristianos y el Yihad, han roto la esperanza de una nueva convivencia.


18 ago 2014

Tardes de Verano III / Agosto libre de fiestas


Segunda quincena de agosto y ya ven, ni una finca ocupada ni un Mercadona asaltado. Dicen quienes están en la pomada que la partida del Gordillo se está reservando para algo grande: el asalto a la Roca (de Gibraltar). Se mantiene en secreto la intención última de la banda, aunque todo indica que pretenden reconvertir la colonia en una reserva donde poder aislar al cada vez más numeroso colectivo de corruptos hispanos - pequeño lo veo- o bien rescatarlo de las zarpas británicas para crear un gran centro I+D. El Silicon Valley español. El lugarteniente del Gordillo dice muy serio que el ataque (acción la llaman ellos) se hará al grito de ¡Gibraltar andaluz! Para despistar, sin duda. Aún hay tiempo, confiemos en nuestros clásicos para que nos amenicen el ferragosto del 14.

En verano se agradecen, por lo entretenidas, las historias de bandoleros. Particularmente en Monóvar, donde andamos cortos de divertimento en las tardes agosteñas. Es lo que tiene Monóvar en agosto. O lo que no tiene: fiestas del pueblo. Santa Bárbara no cuenta. Aunque la santa del porchet procesiona a finales de agosto, tiene la fiesta un penetrante sabor septembrino al ser la semana tradicionalmente elegida para acabar el  veraneo en el campo. “Pa santabarbera en el poble”. Tampoco debemos contabilizar las pedanías, no vayamos a ponernos en plan señorito metropolitano y apropiarnos de sus fiestas, por mucho que pose el alcalde para la foto junto a la reina que conoce. Es por eso, por la falta de emociones fuertes, por lo que las tardes de agosto en Monóvar son tardes de verano de reglamento. Lo son ahora pero no lo fueron siempre. Hubo una época, época del alcalde Peiró, que los barrios monoveros tuvieron una gran afición festera. Recuerdo Santa Bárbara, La Goletja, San Roc, las fallas de Venta de Blay y de la Cenia. El pueblo era una fiesta y nosotros más jóvenes. De todo aquello solo ha quedado la fiesta del barrio de Santa Bárbara. Como tiene que ser. Otra cosa sería una chulería impropia de una ciudad seria y laboriosa. ¡Y que es mucho ajetreo para el confortable agosto de aire acondicionado! Así es como hemos conseguido pureza de calendario, con un agosto soporífero, dulcemente tedioso y con las fiestas fuera del casco urbano. ¡Qué aprendan!

Goran Smirnoff, exmafioso de largo recorrido y que sabe tela de fiestas y fiestorros, pontifica en la barra del Búho de la Sala:
-Como experto en saraos de todo pelaje, os hago notar la diferencia entre fiesta y fiestorro. La primera es pública, con alcalde, banda de cruzar el pecho y banda de tocar música, santo (o santa) muy venerado (o venerada), con baile al son de la música oficial mientras se exalta la belleza local y con mucho paseo callejero y ‘casinil’ para dejarse ver por los vecinos. Todo muy pesado. De esa fiesta te libras en agosto, Plinio, de unas fiestas que suenan a dulzaina y tamboril, a gigantes y cabezudos, a música antigua y algo rancia. Tradición, lo llama la corrección política. La otra, la buena, la fiesta de iniciativa privada, el fiestorro  de tocata y fuga, esa suenan a según dónde y cuándo. Habla, gramola. Clic clik


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N.B. En las rutas alternativas en busca de nuestra “Marsellesa”, les propongo tres visitas rápidas en Madrid. En orden cronológico al sucedido de las cosas


1ª.- Palacio de Oriente, donde en la mañana del dos de mayo de 1808, el maestro cerrajero Jose Blas de Molina, al grito de “¡que nos lo llevan!”, puso voz a un pueblo que por primera vez se revolvía como nación.

2ª.- El lugar que ocupaba el Cuartel de Monteleón, Plaza de dos de Mayo en la actualidad. Un amigo bastante ingenuo, convencido de que se puede ser patriota y español además de europeo y librepensador, me habló del Espíritu de Monteleón. Sucedió que el día en el que el cerrajero advirtió del intento gabacho de secuestras al infante; aquel dos de mayo, le dijo Pedro Velarde a Luís Daoiz, capitanes: “Es preciso batirse”. Los capitanes, desobedeciendo órdenes superiores, lideraron la revuelta popular desde el Cuartel de Monteleón. Murieron a manos del invasor, como otra tanta gente. Son, como tantos madrileños, héroes del dos de mayo. Fue un levantamiento popular y espontaneo, el personal se sentía parte de algo llamado nación, los reyes y sus disputas dinásticas parecía (¡qué error!) algo superado. Se luchaba, ahora sí, por un país y por su gente. Ojalá la otra guerra, la de las ideas, la hubieran ganado los franceses.



3.-ª Montaña del Príncipe Pio. Francisco de Goya situa en este lugar su cuadro “Fusilamientos del tres de mayo”. El ejército francés arcabuceó sin piedad a la resistencia popular.


(Un político recientemente incorporado a lo que él mismo llama ‘la casta’, ha manifestado que lo mejor de la revolución francesa fue la guillotina. Seguimos sin vencer en la batalla de las ideas.)


Plinio

11 ago 2014

Tardes de Verano / Los Sonidos del Verano


Siempre he pensado que la primavera se huele. Así huele abril. Aromas de vida, de frescor, de lozanía, de sonrisa… El invierno en cambio, eso me parece a mí, se paladea. Recogimiento obligado por el frio con un algo que entone el cuerpo. ¡Que mira qué te digo, que si no hay fasegures, que sea aunque sea un Colacao, niña; eso sí, mira que esté calentito!… Otoño, la mirada se pasea desde la hoja amarilla caída en el parque hasta la hoja del calendario, esperando.

Y el verano.

El verano se oye, se escucha, tiene sus sonidos propios, sus ruidos de temporada. Lo contaba Goran Smirnoff en la barra de El Búho de la Sala. Pasión escuchaba y asentía.

-Supe de los sonidos del verano una  noche de junio, Plinio. Una noche de suspiros, rota por un estruendo lejano que hizo temblar la habitación de aquel singular hotel. Escondido en la montaña, tiene ese hotel vistas a un mar lejano, iluminado aquella noche por la luz de una luna llena fuera de calendario y suspendida sobre las aguas de la playa. “Por ser la noche de sanjuán”, me explicó la luna.  Entre el mar y la luna, ¿qué cabe entre el mar y la luna, amigo? Encendí un puro y guardé un respetuoso silencio. Hasta las guitarras callaron aquella noche de verano para averiguar qué cabe entre el mar y  la luna.



Al estallar el último y sonoro cartucho susurré en voz baja, con miedo a romper el hechizo: “acabamos de oír al verano llamando a la puerta.” Cogidos de la mano nos fuimos a romper  la noche.

-¡La historia es mía, Goran ladrón! Te la conté una tarde de verano. No está bien robarle una historia a un amigo. Y lo peor: ¡me has robado la noche!

Goran se quedó con la chica y me devolvió la historia. Era verano, era por la tarde. En las tardes de verano no se discute. Pero quiero reivindicar aquella noche de sanjuán; sin estridencias, en voz baja. En lo alto de una montaña, camuflado entre la vegetación, hay un hotel sin recepción ni servicio de habitaciones, de estancias individuales a modo de bungalós y paseos entre pinares donde nunca te cruzas con otros paseantes. Un refugio desde donde se ve, abajo, lejos, un pedazo de Mediterráneo.  El lugar ideal para unos ejercicios espirituales, si es que quedan espíritus para ejercitar. También son ciertos los fuegos artificiales, y que me despertaron, y que aquel sonido me acompañó los siguientes meses, justo hasta la gran mascletá de septiembre, fiestas del pueblo. Así ha sido cada año, cada verano, cada septiembre. Mientras llega la traca final, en las tardes de verano velamos armas entre horchata de avellana y gintonic. Todo es poco para mantener vivos los sonidos del verano. Para alargar el verano.

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N.B. Les propongo rutas alternativas para estas vacaciones. Lugares históricos que han imprimido carácter a esta nación. Es la búsqueda de nuestra “Marsellesa”

Oratorio de San Felipe Neri, Cádiz.


Alguien lo ha señalado como el origen. En San Felipe Neri , con el altar cubierto por un velo, empezamos los españoles a hablar de libertad e igualdad. Hoy, como en el Cádiz de 1812, ha sido necesario recordar que somos libres e iguales. Allí, donde todo empezó.





4 ago 2014

Tardes de verano I/ Entre el Búho de la Sala y el Café de Rick

Tardes de Verano I.
Entre el Búho de la Sala y  el Café de Rick

Donde antes dije ‘colorín colorado’ digo ahora ‘érase una vez’. Con ésta entrada dimos por terminada la temporada estival 2013. Empezamos la 14. ¡Un año!  El agosto pasado teníamos a un viejo rey en Mallorca y a un alcalde de mediana edad en su apartamento de la playa. Este año, rey y alcalde son otros, más jóvenes. El joven rey, continuidad dinástica, sigue vacacionando en Mallorca. Del joven alcalde nada sé, a lo más que llego es a presumir que retomará la poesía y la música, que es lo que de verdad le pone, según confesión de parte. Orgilés ahí está, donde solía, basculando, impasible el ademán, sin que pasen por él los veranos. Para todos lo demás, un año más.  Con sus historias.

Resumir las historias del año es tontería. Recordar lo malo, digo yo que para qué. Y lo bueno, los buenos momentos de ayer, por comparación agravan los malos de hoy, y a los buenos los enturbian. Total, mejor no repasar el año. Igual en navidad, quién sabe.

Estoy contento porque el joven alcalde se divierte en verano. Lo ha dicho aquí,  en un artículo   publicado en MONOVER.COM: “Este verano está siendo muy divertido”. Está bien. Un alcalde aburrido es peligrosísimo, nunca se sabe cuándo va a comenzar a garabatear decretos para distraerse.

-¿No es eso lo que ha hecho, Plinio? ¿O qué es si no lo de Fabra, el himno, el rey y otras milongas?
-Quita, quita, Estrella del Rocío, eso sólo son juegos estivales para llamar la atención. Cosas de niño chico. Nada más. Si logramos tener las fiestas en paz, y digo yo que así debe de ser, el joven alcalde cogerá la tiza de garabatear cuando el otoño enseñe la patita. Y entonces sí, entonces, viendo los ensayos, que una de las dos Españas nos acoja con generosidad.

Las tardes de verano en el Búho de la Sala son agradables. A primera hora hay poca gente, y la que está finge no estar para que no la molesten. Los parroquianos están atrapados en un velo de desgana, de ¡chico espera que sean las siete o las ocho, a la caída del sol si acaso! Alguien ha colgado detrás de la barra una reproducción del cuadro de Velázquez “Las Meninas”, con algunos cambios. A la menina Mª Agustina Sarmiento le han colocado la cara de Rajoy; la otra menina, Isabel de Velasco, luce el joven rostro de Sánchez el socialista. En el centro del retrato han sustituido a la rubia infanta Margarita por la rubia princesa Leonor. En un segundo plano, cuchicheando ERE’s, han plantado las caras del duo Mendez y Toxo donde antes estaban las de los guardadamas Don Diego Ruiz de Ancona  y Doña Marcela de Ulloa. Pujol se ha incorporado en el último minuto ocupando el lugar de Mari Bárbola, la enana alemana. Nicolás Pertusato, personaje de aspecto infantil que en realidad es un liliputiense de edad adulta y un maltratador de perros, deja el puesto a Pablo Iglesias, no el socialista sino el amante de las guillotinas. El tuneo más osado, el cambio que le puede costar clientes a Garrafón, es el de la imagen que refleja el espejo del fondo: Felipe IV y Mariana de Austria han sido sustituidos por Felipe VI y la reina Letizia. Mala leche, y agria si contamos con el cambio de Don José Nieto y Velázquez por el rey padre Don Juan Carlos I, en el último plano, en el umbral de la puerta, sin saber si va o si viene. En el cuadro, una primitiva selfie, aparecía Don Diego Velázquez, el autor, hasta que se trasformó en alcalde Vidal. ¡Cachis! -se lamenta el alcalde autor-, por muchos paletazos que doy, no logro cambiar la realidad a mi antojo.

La realidad española tiene blancos, negros y grises. Y unos símbolos que representan, mal que bien, los valores de la libertad y la igualdad. Libres e iguales, y disculpen el guiño nacional no nacionalista. Son los valores republicanos si estuviéramos en Francia. Son los valores monárquicos si estuviéramos en Suecia. Son los valores españoles, y aquí los representan nuestros símbolos. Entre otros, la Corona.

Y porque yo también me apunto, como lo hiciera un amigo en esta misma página, a la Republica francesa, le dejo el video que, click-click, ha seleccionado la gramola del Búho para homenajear el empuje de los símbolos y el de los valores que hacen grandes a las naciones y por lo tanto a sus nacionales. A la gente, vamos.

La fuerza del Café de Rick que tanto le deseo al Búho de la Sala



Les deseo un feliz agosto. Plinio.  





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