24 nov 2013

El día que Goran llegó al Búho de la Sala

(Un colega de dudosa reputación me ha adelantado el regalo de Navidad en forma de relatos ambientados en El Búho de la Sala, taberna de la que ya tienen noticias. Me pide que se los vaya remitiendo a Luís Andrés para su publicación, si los considera de interés. Pruebo. –Plinio-)

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Goran Langreneke, albano-kosovar con pedigrí, llegó a España para tomar posesión de su plaza de mafioso en la Costa del Sol. Antes de instalarse en Marbella –era la época de Roca colgando un Miró en el cuarto de baño- visitó el país de norte a sur y de este a oeste; para hacerse una idea de con quién se la juega, me explicó con posterioridad. Por aquellas casualidades que por serlas nadie sabe cómo suceden, recaló Goran en el Búho de la Sala y se me acercó interesándose por mi nuevo corte de pelo, cosa que tiene su mérito al ignorar el albanokosovar que era nuevo mi corte de pelo. Eso me impresionó. Fue el inicio de una amistad que viene durando mucho más allá de lo que duran un par de gintonics. 

-Bueno y qué, albanokosovar, ¿dando una vuelta por España? – pregunté

-¡Cierto, cierto! Camino voy del Sol en la Costa, tengo oído que profesionales como yo son de un buen futuro allí. Voy a mirar si más vale la pena que Sicilia ¿No cree usted, amigo?
-Creo que quieres ir a la Costa del Sol, pero eso son detalles. Si el sitio te gusta, caminito. Pero si lo que buscas es abono para el negocio, aunque Sicilia tiene merecida fama, España entera huele a estiércol.
-¿También aquí en pueblo tuyo?
-Aquí somos muy españoles, albanokosovar.
-Mejor me llamas Goran. Más corto. ¿Me cuentas cosas del pueblo tuyo?
-Te cuento, Goran, te cuento mientras tomamos un gintonic. Rocío, pon, invito yo.

Disimulé lo que pude, pero eran años de Mirós en los retretes, rotondas en todos los cruces y polideportivos en todos los pueblos. Campos de futbol duplicados, piscinas cerradas y aeropuertos de paseo. Era España en estado impuro: una cueva recalificada por Alí Babá y sus palmeros. Y por mucho que distraje su interés, Goran lo supo.

-Estoy pensando, D. Plinio, que igual me vale aquí que allá. ¿Tiene tu pueblo hotel?
-De momento no tiene ni calabozo, pero todo se andará. Espera que se apruebe el plan urbanístico y ya verás, ya
-Tú, cachondeo, D. Plinio, pero voy a estudiar Marbella o Sicilia o Monóvar.

Goran marchó al sur y se instaló en San Pedro. En una curva de los alrededores del pueblo montó un negoció ‘nocturno’ abierto las 24 horas: ‘La curvita de sanpedro’, la bautizó. Muy de costa, presumía él sin saber yo por qué. 

Recientemente, cuando la crisis ya ha destruido incluso los negocios ‘libres de impuestos’, Goran ha vuelto. En el entretanto montó negocios costeronocturnos que tuvo que abandonar cuando aterrizaron los rusos. ¡Qué grandes profesionales!, me suele repetir, ¡tan preparados y con tan pocos escrúpulos, D. Plinio, que se ve que han nacido para triunfar! Después viajó, de lo que ha dejado constancia escrita. A ver si se tercia y le damos difusión. Y finalmente ha vuelto para tomar un Jack Daniel´s en El Búho de la Sala. ¡Ah!, y cambió el apellido. Ahora se llama Smirnoff, Goran Smirnoff. Estrategia de marketing –me explica-, casa más mejor con mi actividad mercantil.

Personalmente, y quede esto entre nosotros, pienso que Pasión, esa morenaza que toc-toc golpea los adoquines con sus tacones de aguja, ha tenido algo que ver en el regreso de Goran. Eso y que Garrafón, el dueño del Búho, le está dando vueltas a traspasar el negocio y cambiar de aires.




12 nov 2013

Televisión de pago











                                                                    
La primera fotografía (Qui assumirà la veu d´un Poble?) me la pasa un colega y corresponde a la portada del diario Información del día siguiente al del anuncio del cierre de Canal 9. La segunda (La gent del camp vol vore l´orage i no El Tiempo) aparece en la portada del periódico valenciano Las Provincias del domingo día 10.

Son  unas imágenes muy clarificadoras, todo un ejemplo del cortocircuito intelectual provocado por la sobrecarga pública. La joven presumiblemente periodista se plantea, entre la melancolía y la resignación, qué va a ser del pueblo ahora que ellos no están para ser sus altavoces, quién será su voz. Así, a botepronto, se me ocurre… ¿qué tal el Parlamento, señora? Por su parte, el caballero que habla en nombre de la gent del camp se pregunta cómo van a entender los agricultores valencianos el programa del tiempo de Antena-3, por muy bien que lo explique Brasero. De informarse por Internet ni hablamos.

No son meras anécdotas. A modo de anotación rápida recogí en Twitter algunos momentos memorables en Canal 9 el día en que Canal Nou dejó de ser órgano de propaganda del gobierno para convertirse en órgano de propaganda de ella misma. Algunos momentos de la calentura: Un ‘profesor’  sentencia en la TVV que sin ella, “desaparecerán  culturas y costumbres seculares”, sí, seculares; culturas y costumbres han estado esperando durante siglos el cierre de Canal 9 para desaparecer. Otro: Un ‘periodista’ en C9 sentencia que el valenciano –lengua- “va a dejar de oírse”. Es ese síndrome adanista que padecen los que se han descubierto dioses. El mismo “periodista”, solidario él, dice en antena que no es lo mismo el cierre de Fagor que el de Canal 9.

El cierre de esta televisión de pago obligatoria ha provocado reacciones extraordinariamente curiosas. La de los socialistas, por ejemplo, que en un giro vertiginoso ha pasado de  exigir  la clausura de Canal 9 a prometer su reposición cuando ganen el gobierno de la Generalitat. O la de algunos periodistas que han confesado haber mentido durante un cuarto de siglo y quieren que ahora, liberados del látigo que les ha azotado durante tantos años, les creamos.  Es la confirmación de que las televisiones públicas son una herramienta. De pago y obligatorias. Caras y prescindibles. Se disfrazan de servicio público, pero ya tenemos una edad y hemos visto la TV local, la regional y la nacional, públicas y al servicio privado del gobierno del momento.  Sin empacho. Sin excepción.

Es su naturaleza, y por ello, si me preguntan, digo que el gran error de las televisiones de pago forzoso es existir. Lo doloroso, como siempre, es el factor humano: los que van al paro. Como en Fagor.
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En el Búho de la Sala

-Entonces, Plinio, quieres decir que el gobierno regional del PP cierra Canal9 por coherencia ideológica, porque los liberales son así.
-Los liberales en España se extinguieron en 1814. Luego hemos tenido versiones. Y no, el PP no cierra canal9 por liberal, Rocío, o eso creo, lo cierra porque en Valencia hemos sufrido nuestro propio zapaterazo, es decir, hemos tenido el peor de los presidentes posibles, en este caso autonómico: Camps, que ha dejado la comunidad como Zapatero dejó a la nación: hecha una mierda. Y perdón, pero es que el tío ha sido malo de cojones.
-Mejor que pidan perdón ellos.
-No suelen, para eso hay que ser muy rey y ellos solo son políticos en excedencia.

Las doce del medio día no es una buena hora para barear. Tarde para el café, temprano para la cerveza. Estrella del Rocío lo sabe, mira a ningún lado y dibuja una sonrisa apenas perceptible. Sin pronunciar palabra coge dos catavinos, los refresca con agua y los llena de manzanilla.

-He dudado entre la manzanilla de Sanlúcar y el cava catalán –me dice mientras me acerca una de las copas- pero creo que nos vamos a hartar de catalán cuando desaparezca la tele valenciana.
-Exageras, Rocío, exageras.

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(Esta mañana he oído en la radio a Ximo Puig explicar, con un caso concreto, la manipulación practicada por Canal Nou: Fíjese cómo sería la cosa, Sr. Herrera, que cuando ocurrió el accidente del metro en Valencia, Canal Nou ocultó la información y tuvimos que informarnos… ¡en otras televisiones! Vaya -me da por pensar- hay mundo fuera de la tele oficial, hay otras televisiones…se puede vivir sin televisión de pago forzoso. Yo también lo creo, Sr. Puig)


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