Tardes de verano
Las tardes de verano llegan con la fresca de la anochecida, son eternas
y solo se agotan con las claras del alba. Las tardes de verano dan para mucho,
para pasar las noches sin tele, sin Facebook ni otros artificios que te
distraigan de un café granizado, de un chupito de Jack Daniel´s y sobretodo de
una conversación. Y de ahí, ideas.
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Una.- Literatura política de alto voltaje
A.- Usted
es nuevo y no sabe cómo funciona esto, Sr. Rico (Alcalde Poveda en un pleno
de 2007)
B.- Acuérdate de mis concejales (Conversación
telefónica interceptada por la fiscalía anticorrupción entre el alcalde Poveda
y el constructor imputado Enrique Ortiz)
C.- ¡Ahí
queda eso! (desahogo del alcalde Poveda –igual él pensó que era una
gracieta- cuando bloqueó un pleno convocado por la oposición)
La A.-La frase más
inquietante es la primera, también la menos conocida y menos comentada. Que
esa es otra. Cuando el alcalde le
dijo al concejal independiente en la lista del PSOE Ramón Rico, que él, el concejal novel, no sabía cómo funcionaba
esto del Ayuntamiento, allí nadie
reaccionó.
Es el caso
–recordemos- que Rico, llevado por el
entusiasmo del principiante, se recorrió librerías, papelerías y casas de
plumas para comprobar el precio de un
Montblanc, boli con el que, en una práctica onanista y zafia, se auto satisfacían
los concejales salientes y quedantes. Los encontró a mejor precio, claro, y
se lo dijo al pleno: he encontrado que la mayoría de comercios del ramo venden
los Montblanc a mejor precio que los que usted –le dijo Ramón al alcalde- ha pagado a la empresa que le organizó la
pasada campaña electoral (¡ajá!) Y es que Ramón Rico no tenía ni idea de nada,
porque allí ni sus compañeros de banco pusieron cara de sorpresa. De
sonrojarse, ni hablamos.
Otra vez: “usted es nuevo y no sabe cómo funciona esto”
(Poveda dixit)
La B.- El “acuérdate de mis concejales” es sin
duda la frase que mejor describe una época del Ayuntamiento de Monóvar.
Aparente trato de favores, presumible tráfico de todo lo traficable… una época bochornosa no exclusiva de
Monóvar donde solo faltó una cabeza de caballo ensangrentada en la cama. Hubo
unos señores que se creyeron dioses al octavo día: después de crear Dios el
mundo en seis días y descansar el séptimo, al octavo, estos dioses de pueblo,
se dieron cuenta de que aún faltaban las urbanizaciones. Se colocaron pues
delante de los planos, de los PAIs, de la calculadora multiusos y planificaron ciudades
de sesenta, setenta, 80.000 habitantes que sabían ficticias… construían uno,
dos campos de futbol; uno, dos pabellones; y les faltó tiempo para la segunda
piscina cubierta. La puta crisis.
Otra vez:
“Acuérdate de mis concejales” (Poveda dixit)
La C.- La más
simpática es la última. Rebañando del presupuesto, se gasta el alcalde mil
euros o los que sean (¡los que hagan falta, oiga!) para dejar a la oposición
socialista con un palmo de narices. Les lee un informe trascrito al oído y
remata con un “¡ahí queda eso!”. ¡Pardillos!,
le faltó decir. Aquí el alcalde Poveda tiene razón aunque no lo dijera: la
oposición son unos pardillos. Y los del PSOE unos acojonadillos.
Otra vez: “¡ahí
queda eso!” (Poveda dixit)
Este es un listado sin duda incompleto de la contribución de
SP a la literatura política del S. XXI. Está abierto a aportaciones que lo
completen. Se agradecerá.
Plinio.
PD.-1. Espero más tardes de verano. Y que ustedes lo lean
PD.-2. A Serrello: Un gracias por leerme y un olésushuevos por comentar a pecho
descubierto en un pueblo tan poco dado a exponerse (véase mi caso, recogido
bajo el sombrero; yo, que nunca lo uso). Pero sin elogios, que me hunde.