Estado de la Nación, primer efecto:
¡Se acabó la alegría! el bálsamo que supuso el campeonato de mundo, se terminó. En lugar de a Iniesta, nos topamos con Zapatero; en lugar de Casillas, Rajoy. Cambiamos a Shakira por Fernández de la Vega y a la paraguaya Larissa por la ministra Salgado.
Lo que digan importa menos, o nada. En el fondo lo sabemos: ustedes son los malos, dicen unos y otros. Lo que digan, digo, no importa, salvo, claro, que hablen por boca de Obama, Merkel o el jefe de los chinos.
Mientras, los parlamentarios calientasillones se pasan folletos de playas y montañas para votar dónde van de vacaciones. ¡Váyanse ya!, soy más feliz sin ustedes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario