Es de justicia destacar,
por meritorio, que durante el mano a
mano entre Natxo Vidal y Ramón Cambra el resto de los concejales
han aguantado el tipo sin dormirse. El momento cinco estrellas, sin duda,
hubiera sido un agarre entre Serrello y
Borrasca; por desgracia no se prodigan. A Lorenzo,
buen orador y hoy ausente de discurso, le falta mala leche como a Luis Miguel le falta tabaco en la
garganta para cantar boleros, y ya está en edad. El pleno ha sido como suelen
ser los plenos de Monóvar:
aburridos, plomizos y mediocres. Y previsible.
Fiestas, haberlas ahílas. El culo del alcalde se ha salvado. El culo y la legislatura, porque
ya se sabe que Vidal padieciochomeses
–el tiempo que resta de legislatura a la vuelta del verano- no se pone. Y
metidos en julio, el cuatro, the
independence day nos recuerda Ginés,
estamos a pocas semanas de las cabañuelas, de las ferias de verano y de las
rescatadas fiestas de septiembre. Y claro, no es cosa de liar al pueblo con una moción de
censura. ¡Qué pereza! Total, palpuebloquees. El demagogo confeso Salvador Poveda ya está tranquilo esperando su acomodo en la Diputación.
El momentazo demagogo
de hoy no ha sido para el especialista en la materia, que de eso presume SP, no. Hoy se lo lleva D. Emilio Orgilés. Dice D.
Emilio en el pleno que deberían renunciar al cobro de las dietas
correspondientes a este pleno…y entregarlas a los más necesitados. Por la radio
se le ha podido escuchar al alcalde pensar…eso, eso, para el más
necesitado…para el Ayuntamiento. A estas horas de la tarde del 4 de julio, no
se sabe si Emilio Orgilés ha hecho entrega de sus dietas a alguna ONG.
Hablando de dinero, en concreto del coste del pleno, SP ha declarado en su radio que montar un pleno
cuesta sobre los ochocientos euros…sin
sumar (detalle que ha ocultado) los mil
euros que cuestan los informes externos que pide Poveda para boicotear los
plenos solicitados por la oposición.
Y así andamos.
Plinio.
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