Tardes de Verano I.
Entre el Búho de la Sala y el Café de Rick
Donde antes dije
‘colorín colorado’ digo ahora ‘érase una vez’. Con ésta entrada dimos por terminada la temporada estival 2013.
Empezamos la 14. ¡Un año! El agosto
pasado teníamos a un viejo rey en
Mallorca y a un alcalde de mediana
edad en su apartamento de la playa. Este año, rey y alcalde son otros, más
jóvenes. El joven rey, continuidad
dinástica, sigue vacacionando en Mallorca. Del joven alcalde nada sé, a lo más que llego es a presumir que
retomará la poesía y la música, que es lo que de verdad le pone, según
confesión de parte. Orgilés ahí
está, donde solía, basculando, impasible el ademán, sin que pasen por él los veranos.
Para todos lo demás, un año más. Con sus
historias.
Resumir las
historias del año es tontería. Recordar lo malo, digo yo que para qué. Y lo
bueno, los buenos momentos de ayer, por comparación agravan los malos de hoy, y
a los buenos los enturbian. Total, mejor
no repasar el año. Igual en navidad, quién sabe.
Estoy contento porque el
joven alcalde se divierte en verano. Lo ha dicho aquí, en un artículo publicado en MONOVER.COM: “Este verano está
siendo muy divertido”. Está bien. Un alcalde aburrido es peligrosísimo, nunca
se sabe cuándo va a comenzar a garabatear decretos para distraerse.
-¿No es eso lo que ha hecho, Plinio? ¿O qué es si no lo de
Fabra, el himno, el rey y otras milongas?
-Quita, quita, Estrella
del Rocío, eso sólo son juegos estivales para llamar la atención. Cosas de
niño chico. Nada más. Si logramos tener las fiestas en paz, y digo yo que así
debe de ser, el joven alcalde cogerá la tiza de garabatear cuando el otoño
enseñe la patita. Y entonces sí, entonces, viendo los ensayos, que una de las
dos Españas nos acoja con generosidad.
Las tardes de verano en el Búho de la Sala son agradables. A primera hora hay poca gente, y la
que está finge no estar para que no la molesten. Los parroquianos están
atrapados en un velo de desgana, de ¡chico espera que sean las siete o las ocho,
a la caída del sol si acaso! Alguien ha colgado detrás de la barra una reproducción
del cuadro de Velázquez “Las Meninas”,
con algunos cambios. A la menina Mª Agustina Sarmiento le han colocado la cara
de Rajoy; la otra menina, Isabel de
Velasco, luce el joven rostro de Sánchez
el socialista. En el centro del retrato han sustituido a la rubia infanta
Margarita por la rubia princesa Leonor.
En un segundo plano, cuchicheando ERE’s, han plantado las caras del duo Mendez y Toxo donde antes estaban las
de los guardadamas Don Diego Ruiz de Ancona
y Doña Marcela de Ulloa. Pujol se
ha incorporado en el último minuto ocupando el lugar de Mari Bárbola, la enana
alemana. Nicolás Pertusato, personaje de aspecto infantil que en realidad es un
liliputiense de edad adulta y un maltratador de perros, deja el puesto a Pablo Iglesias, no el socialista sino
el amante de las guillotinas. El tuneo
más osado, el cambio que le puede costar clientes a Garrafón, es el de la imagen que refleja el espejo del fondo:
Felipe IV y Mariana de Austria han sido sustituidos por Felipe VI y la reina Letizia. Mala leche, y agria si contamos con
el cambio de Don José Nieto y Velázquez por el rey padre Don Juan Carlos I, en el último plano, en el umbral de la puerta, sin
saber si va o si viene. En el cuadro, una primitiva selfie, aparecía Don Diego Velázquez, el autor, hasta que se
trasformó en alcalde Vidal. ¡Cachis! -se lamenta el alcalde autor-,
por muchos paletazos que doy, no logro
cambiar la realidad a mi antojo.
La realidad española tiene blancos, negros y grises. Y unos
símbolos que representan, mal que bien, los valores de la libertad y la igualdad. Libres e iguales, y disculpen
el guiño nacional no nacionalista. Son los valores republicanos si estuviéramos
en Francia. Son los valores monárquicos si estuviéramos en Suecia. Son los
valores españoles, y aquí los representan nuestros símbolos. Entre otros, la
Corona.
Y porque yo también me apunto, como lo hiciera un amigo en
esta misma página, a la Republica
francesa, le dejo el video que, click-click, ha seleccionado la gramola del
Búho para homenajear el empuje de los símbolos y el de los valores que hacen
grandes a las naciones y por lo tanto a sus nacionales. A la gente, vamos.
La fuerza del Café de
Rick que tanto le deseo al Búho de la Sala
Les deseo un feliz agosto. Plinio.
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