Un aniversario y mil banderas

Monóvar, año 1

Un tuit del concejal Lorenzo, PP, con final melancólico -”parece que fue ayer...”.- recuerda el año 1 de las últimas elecciones municipales. Que ganaron. No encuentro más reseñas de los vencedores. No está la cosa para celebraciones.

El PSOE, perdedor por poco, en conmemoración del año 1 convoca una asamblea popular y abierta al público para darle caña al gobierno local y, ya metido en harina, al nacional. Permitan, señores del PSOE, un consejo que con buen criterio deben de olvidar: no pierdan mucho tiempo criticando al Gobierno de la Nación, les contestarán que no hace más que administrar la ruina que les dejo el anterior gobierno. Ustedes, o los suyos. Recréense en lo municipal, ahí tienen chicha donde morder. Gobiernan los de ahora, PP y GIM,  una ruina que ellos mismos llamaron a voz en grito desde el balcón de la alcaldía: ¡A por el Monóvar Imperial, no seamos menos de ochenta mil monoveros. Construyamos, construyamos! Tal fue la embriaguez imperial del alcalde y los suyos que llamó a un constructor de Imperios para que no olvidase a sus concejales, sin acordarse del pueblo sin cargo ni carnet, la chusma. Ya les digo, PSOE, ahí sí hay manteca. En fin, hagan lo que quieran. Como cada cual.

Ovación, pitos y flamear de banderas.

Las apuestas para la final de la Copa no son sobre quién ganará el campeonato. El reto es adivinar cuántos pitan, cuántos aplauden y a quién, y el inventario de banderas. Pitos y ovaciones, lo más probable es que se dividan si el juego es limpio, que así es España: cosa de dos, también en el fútbol. Lo que me fascina es lo de las banderas. Ese despliegue de color: catalanas en su doble versión estatut e independentista, la vasca, la del Barsa y la del Athletic, y algún trasnochado que agitará la preconstitucional de tres colores. ¿Españolas?, todas ellas, supongo. Por el maldito gen cainita 

Es en este punto y aparte cuando quiero felicitar a todos los alcaldes y responsables que ha tenido esta ciudad: Monóvar no tiene bandera. Si por desgracia me equivoco que alguien me rectifique, y rápido por favor. Hasta que llegue la rectificación, si la hay, disfrutemos de un territorio libre de banderas -locales- y démonos el gustazo de no tener que matar a nuestros vecinos por unos colores. 

Plinio