10 dic 2013

La Gramola y las Noches Perdidas

(Una gramola mágica, la música de Pasión y los nuevos proyectos de Goran. Lo paso por si es de su interés. –Plinio-)
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En El Búho de la Sala hay una vieja  gramola de discos de vinilo que funciona con monedas de cinco duros.  Garrafón, el dueño de la taberna, es de la opinión de que toda la música que merece oírse es anterior al invento del CeDé. Pero la gramola es mágica, explica Estrella del Rocío, siempre encuentras la canción que buscas. Clic-clic, cinco duros en la ranura y la gramola deja caer unas lagrimitas al escuchar la Canción de las noches perdidas.

Esta es la canción de las noches perdidas 
que se canta al filo de la madrugada 
con el aguardiente de la despedida 
por eso suena tan desesperada

Es la música que aviva a Pasión del Valle: Sabina, y una sesión de blues con humo de tabaco y un vaso de bourbon.  Pasión, cliente habitual del Búho de la Sala, es de las mujeres que sabe elegir el vino en un restaurante y que mantiene el pulso en una larga sobremesa.  Nadie como ella sabe juguetear con una copa de coñac o aplastar una colilla con la punta de su zapato de tacón de aguja. Su historia nadie la conoce, ni se le conocen historias. Cuando le preguntan responde con un “mi historia es lo que ves”, envuelto en una sonrisa. Y mi futuro, suele añadir, es lo que tú no vas a ver.  Es su punto canalla. Es lo que trastorna a Goran Smirnoff, es por lo que Goran Smirnoff nos acorrala en el Búho pidiendo consejos o detallando proyectos.

Aún recuerdo aquel día

Aquel día, Thomas Garrafón, el dueño del Búho de la Sala, se había plegado a la prohibición y concentró a los fumadores de la taberna bajo una carpa callejera –territorio conquistado para humos, lo llamó- donde los disidentes podíamos pasar frio con cierta dignidad. Estrella del Rocío, joven camarera del Búho y fumadora ocasional –fuma cuando tiene ocasión-, se ofreció voluntaria para el servicio clandestino de copas en el Territorio Conquistado Para Humos.

-Rocío, por favor, me vas a traer un café con leche calentito; como para un relaxin in the Plaza de la Sala
-Vamos, Plinio, ¿semos o no semos fumadores disidentes? Para tu bien te voy a traer un gintonic fresquito
-Pues ya puestos, mejor un chupito de Jack Daniel´s… espera… que sean dos. Tenemos visita

Enfundado en un abrigo tobillero, Goran llega a la terraza.

-Si no fuera porque mi trabajo me lo exige, dejaría de fumar, Don Plinio.
-¡Cuánto tiempo Goran!, ¿cómo te va?
--Regular, amigo Don Plinio, regular. Empujado por mí espíritu rebelde dejé que los hombres fumaran con las mujeres en mis locales de ocio, pero la policía española no entiende de rebeldes albaokosovares y me han freido a multas, amigo mío. Por eso vengo.
-¿Te has dado a la fuga o vienes en busca d alguien?
-No, no es eso. Es que me gustaría comentarle un nuevo giro que le quiero dar al negocio. Voy a hacer algo grande, amigo Don Plinio.
-¡Grande!
-Sí, grande. Ya estoy cansado de ser un mafioso de medio pelo, un quiero y no puedo. Así que nada, voy a crecer
- ¡A crecer!
-A crecer, Don Plinio, a crecer, a ser un mafioso como Dios manda: con sus conexiones políticas, con su banda de extorsionadores, con su red de prostitución, con sus canales de distribución de droga. Voy a montar dos o tres comandos para secuestrar y, si llega el caso, darle al gatillo.
-Tú estás loco, amigo. Eso no lo puedes hacer, es de una maldad que te supera. Y no está bien, Goran, eso hace daño a la gente. Métete a alcalde si acaso, o a concejal de cualquier cosa, podrás ser malvado sin derramar sangre.
-¿Semos o no semos, Don Plinio? Tengo que evolucionar, avanzar en la profesión.
-¿Y cuando te pillen, qué? Porque te van a pillar
-Lo tengo todo pensado, Don Plinio. Mis acciones se harán a cara descubierta, para que sepan que soy yo, hasta dejaré una tarjeta de visita: “Goran el Malo
-¿Eh?
-Claro, si es que usted no piensa. Verá, cuando ya esté forrado de euros daré una conferencia y presentaré mi nuevo proyecto empresarial: Jardines mixtos para la infancia y la edad tres, que dicen ustedes. Un pelotazo de bondad: nietos y abuelos. Contaré al mundo que estoy arrepentido de mi época malvada, que abjuro de las prácticas mafiosas y que seré bueno dentro del sistema impositivo ¡y viva Montoro!
-¿Y qué crees que vas a conseguir con ese numerito?
-Pues unos pelillos a la mar, Don Plinio. Mire usted a los encapuchados mataniños, hasta calles tienen. ¿Por qué yo no? Los derechos estramburgueses  son universales, ¿no?
-¡Qué jodio! –Cavilo mientras inicio el ritual para encender un puro- ¿qué se habrá pensado el kosovar que es este país?
-Una extravagancia, Plinio, este país es una extravagancia. Te lo dice Rocío. Y no pienses en voz alta que te oigo.

En el interior del Búho sigue sonando la gramola

los fugitivos del deber
no encuentran taxi libre para el cielo.
Esta es la canción de las noches perdidas,
lleva un crisantemo ajado en la solapa,
se sube a la cabeza como ciertas bebidas…,.



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