En unas elecciones municipales de Monóvar, probablemente en las
de 2003, el PP lanzó una campaña con el eslogan “Salva al Ayuntamiento” o a Monóvar o parecido, en un ingenioso
juego de palabras con el nombre de su candidato y la misión histórica a la que éste
estaba llamado. El anterior alcalde, el que, por lo que se desprende del
eslogan, dejó el Ayuntamiento al borde del abismo era su correligionario Juan Emilio Amorós, también del PP. Poveda, en conclusión, bajó de las
alturas para salvarnos de su compañero de partido. Y en su partido, el de
Amorós y Poveda, nadie abrió la boca salvo
para decir sí a la renovación de su concejalía. Nada, ni las armas de
destrucción masiva, tienen tanto poder como el lápiz Alpino que sirve para incluirte en la lista electoral o como
el borrador Milán que te puede
suprimir de la misma. Con el equipo formado y en posición de firme, Poveda se
preparó para salvar a la ciudad. ¿De qué?, y qué más da, lo importante era
salvarla y ser él el salvador.
Han tenido que pasar dos legislaturas y un cuartillo para
que el salvador del Ayuntamiento monovero descabalgue de la burra y le pida socorro al séptimo de caballería.
¡Es la crisis!, me cuentan que dicen los protegidos de este nuevo Felipe II; y al igual que el `Rey
Prudente´ no mandó sus naves a luchar contra los elementos, el `Alcalde
Salvador´ –argumentan- no ha enviado sus huestes a combatir contra la crisis. ¡Y
tan anchos! Aquí es cuando llega el séptimo
de caballería, el Gobierno central para poner coto a las juergas de los
chavales y ordenar esa vida de niño de papá y barra libre que ha vaciado hasta
la libreta de ahorro de la abuela. No es
poco en lo que nos ha endeudado: quinientos
euros por vecino; sea niño, estudiante, jubilado, rico o parado. Su plan de salvación es emitir un S.O.S. Y
sí, nos auxilian, pero con condiciones:
Te presto la pasta. Repito: te-pres-to;
lo que significa que me la has de devolver, y como no me fio un pelo ya me
estás presentando un plan de pagos y contándome dónde vas a currar, lo que vas
a ganar y de qué te vas a privar para ahorrar.
Si con el plan de ahorro se prescinde del lápiz Alpino y del
borrador Milán, es posible que el PP de Monóvar se convierta en un partido vivo,
con ideas, con capacidad de crítica y con coraje
para decir en voz alta lo que tanto se oye murmurar:
con Poveda el PP no puede ganar unas elecciones, a lo más que aspiramos –susurran-
es a encamarnos con Orgilés, Ginés o con quien haga falta para que el salvador municipal
continúe con su plan de salvación en la Diputación u otro aparcadero similar.
Mientras el valor no
venza a la sumisión, en Monóvar el PP seguirá ganando en las generales y perdiendo en las municipales. Ellos
sabrán.
Plinio.
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