Lo más relevante del pleno, además de la semana
de vidilla que os han dado aparcando el subidón de los impuestos, ha sido lo
que no se han dicho y sí han pensado el dúo Poveda-Orgilés. Léase mientras
tararean el “Olvida y date la vuelta”. De Pimpinela
Orgilés:
Soy yo...
Poveda: ¿Qué vienes a buscar?
Orgilés: A ti...
Poveda: Ya es tarde...
Orgilés: ¿Por qué?
Poveda: Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti...
Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi
casa,
Y pega la vuelta
Orgilés: Jamás te pude comprender...
Poveda: Vete, olvida mis ojos, mis manos, mis labios,
Que no te desean
Orgilés: Estás mintiendo ya lo sé...
Poveda: Vete, olvida que existo, que me conociste,
Y no te sorprendas, olvida de todo que tú para
eso
Tienes experiencia...
Orgilés: Ayúdame...
Poveda: No hay nada más que hablar...
Orgilés: Piensa en mí...
Poveda: Adiós...
Lo dice la
sabiduría popular que “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por
la ventana” Y así ha sido.
Hasta que el
alcalde Poveda le ha puesto a Orgilés las maletas en la puerta –cosa
que por cierto no ha hecho, simplemente le ha sugerido que se
marche…uy..uy…uy- el GIM ha empitonado al PP en cada votación. Pero malamente,
que no hay cuernos colocados si no hay partner
con el que trajinar. Y la pareja del GIM, el PSOE, ya le había puesto los cuernos al burlador con el burlado. Ginés, lo siento, el onanismo, que es a
lo que uno se puede dedicar en solitario, no cuenta.
Después de este
trasiego de amores y desamores ha llegado la
alta política: Orgilés, curtido en mil batallas y acostumbrado a maniobrar en minoría, ha convidado a una ronda envenenada: propone que el
grupo de gobierno se reduzca en un 50%. Al PP
plim, como ya no eres de los nuestros, vienen a decir…pero el PSOE…tan batallador él por la reducción
del Gobierno que parece mismamente la esperanza Aguirre, se ha quedado sin palabra. Tan mudo se ha quedado que
se ha abstenido. Justo cuando se desmorona la actual mayoría y parece cantado
que ellos, los socialistas, pueden complementar el Gobierno, han renunciado a una de sus
reivindicaciones más sustanciales de la legislatura.
Y jode. Porque
uno entrega sus votos para algo. Si en las generales un servidor votó para que
echaran a Zapatero a patadas, en las municipales le entregó el voto a Paco Picó
para que llevara un poco de coherencia y seriedad al Ayuntamiento. Pues eso, si
uno queda mal con todo el mundo (en política sólo eres un tío fetén si te
conviertes en un incondicional) es para conseguir algo distinto, no para más de
lo mismo. Nos queda el consuelo de que a partir de ahora va a ser más
divertido. Si no lo estropean.
Ahora, aliviado
el PP, a ver cómo respira el PSOE.
Plinio.
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