12 ene 2010

__________
El acecho de los neoprós

Perdonen los dos colegas blogueros de Qué!, Ladrón de palabras y Guiller, si me engancho al rebufo de sus post.

Ladrón de palabras sobre las prohibiciones del Gobierno

Guiller sobre el espionaje del Gobierno

Ladrondepalabras se queja de la fiebre prohibicionista del Gobierno. Chapó y de acuerdo, como le he dejado en un comentario.
Y más: lo malo de la calentura es que se extiende como una mancha de aceite desde el Gobierno central hasta cualquier otra forma de gobierno, sin que importe el ámbito territorial ni las competencias que se tengan. Es la reeducación por la prohibición; el redescubrimeinto de que "este país necesita mano dura". Es el neoprogresismo; el considerar, desde una prefabricada superioridad moral e intelectual, que hay que guiar al pueblo descarriado, que "sólo los neoprós que gobernamos sabemos lo que es bueno para el pueblo ". Ese es su planteamiento, y claro, cabe cualquier ocurrencia: probibir, por ejemplo, la hora feliz. No me van a convencer, conociendo el paño, que lo hacen para que bebamos menos. En su estructura ideológica no cabe que nadie se monte una hora feliz sin su conociendo y previa autorización. Ese es el problema. Lo mismo con el tabaco, los toros, la temperatura, internet,...no hay inocencia en su prohibicones, quieren el ciudadano neopró perfecto.

No es fácil de conseguir, y los gobiernos lo saben. Pero tienen al estado. El Estado como herramienta, como aparato al servicio del los gobiernos para imponer el veto, la prohibición, la "reeducación" del pueblo. Guiller lo ha vivido en sus propias carnes. Le han espiado, le han censurado.
No conozco los textos eliminados de su queja ante Hacienda. Pero es suficiente el hecho de que los funcionarios lo estuvieran siguiendo un domingo para que las piernas te tiemblen. No son grises funcionarios con el cuello de la gabardina subido y escondidos detrás de unas gafas de sol -¿o también?-. Son eficientes funcionarios que navegan por la red como antes vigilaban los callejones, los que te vigilan, te observan, te catalogan, te etiquetan y, llegado el caso, pasan un informe para que te reeduquen...

¿Exagerado? Tal vez, pero quien tenemos enfrente es un tanque gigantesco, una maquinaria que no tiene limites y capaz de comerse a sus propios creadores. El Estado sin recortes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...