25 abr 2010

Nostálgias

El `caso Garzón´ no es el caso Garzón. Es un pretexto. Lo que en realidad se discute es un asunto que se creyó resuelto hace la friolera de treinta y tres años. Son los nostálgicos.

Muerto Franco, Fraga presentó a Carrillo en el Club Siglo XXI, donde el dirigente comunista -de tomo y lomo, dijo Fraga- reivindicó la reconciliación nacional que `El Partido´venia pregonando desde los años cincuenta.  Fue la escenificación del `pelillos a la mar´, del corte de mangas a los odios fratricidas; el ya está bien de darnos de hostias, fue el mirar para otro lado y hacer como que olvidamos, el tomar un café juntos y hablar:

-Bueno, ¿qué hacemos?
-Mirar p´lante. Los españoles de hoy no tienen la culpa de que nosotros fuéramos unos gilipollas. Vamos a construir juntos desde cero.

Los españoles de la época se entusiasmaron y se pusieron manos a la obra: amnistía, libertad. Constitución hecha por todos. Respeto a la voluntad popular. Futuro. Libertad sin ira ni rencor. La transición. El transito de una dictadura a una democracia con la base del consenso y la reconciliación. Y funcionó. Era el espíritu de la transición que impregnó una sociedad joven e ilusionada.

La Constitución del 78, 32 años, que es la más longeva tras la moderada de 1876 y que ha demostrado ser un marco donde caben todas las opciones democráticas, fue apoyada por los grandes partidos nacionales y por la inmensa mayoría del pueblo español. Fue la materialización del gran pacto nacional.

Hoy, los nostálgicos ponen en entredicho ese pacto nacional, el primer pacto serio desde que nos invadió Napoleón. Hoy, los nostálgicos que necesitan a Franco para justificar su existencia, quieren abolir el espíritu de la reconciliación y volver al enfrentamiento civil. Son la reacción, los reaccionarios.

Esto y no otra cosa es lo que se debate con el pretexto del caso Garzón. Por cierto, el juez y su defensa han pedido sosiego para no enturbiar su defensa. En toda esta locura donde se ha acusado al Tribunal Supremo de cómplice del franquismo, ha sido el imputado juez Garzón el más prudente; hasta ahora, que fácil es que se deje llevar por la marea reaccionaria que está pidiendo un nuevo enfrentamiento civil.

Las cosas, digo, en su sitio: la extrema izquierda se quiere cargar el sistema de división de poderes, quiere romper el principio de legalidad y pretende fundar un nuevo sistema donde la ideología prime sobre la ley. Que lo digan abiertamente y se lo propongan a los españoles en unas elecciones: queremos -deben anunciar- romper el sistema democrático y pasar a un régimen donde, como en el franquismo, sólo quepan unos pocos españoles. Y a ver qué pasa.

Y mientras, los extremos de derecha e izquierda toman la calle, enarbolan banderas inconstitucionales y se reúnen para decir lo mismo con distintas canciones. De seguir este acoso a las instituciones habrá que pensar si no hora de que los demócratas tomemos la calle en defensa del sistema de libertades y el estado de derecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...