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Un pasito más.

Nos van a poner uniforme de policía

Esto va a ser al final del camino, y ya llevamos un buen trecho recorrido.

Lo pensaba al ver por TV un anuncio de la DGT en la que nos piden que no conduzcamos si bebemos...y que no dejemos coger el coche a quien haya bebido. Como si fuéramos polis. No nos piden que no  montemos con el suicida o que le pidamos que no haga el gilipollas al volante; nos dicen que no lo dejemos montarse en el asiento del conductor. Doy por sentado que nos habrán revestido de una autoridad provisional para poder secuestrar a ciudadanos borrachos. Supongo que si el beodo nos denuncia por detenerlo, el gobierno pondrá a nuestro servicio al fiscal general de Estado o reformará el código penal autorizándonos a  esposar al volante a todo el que huela a cerveza.

En estas estaba cuando he leído el artículo de esta semana de Pérez-Reverte: Chivatos ejemplares se titula. Me gustaría que reparasen en la historia que cuenta en el segundo párrafo. Lo resumo: una charla de café entre estudiantes en Palma de Mallorca; uno de ellos se atreve a opinar que no veía la necesidad de saber catalán para trabajar en la sanidad pública balear. Los otros estudiantes (¡unos patriotas!) se chivan a la profesora y acaban por expulsar al díscolo y deslenguado alumno. Es de imaginar que los chivatos lameculos, los comisarios populares que encuadrados en brigadas del pueblo velan por la puridad de la raza, habrán obtenido algún crédito extra para sus estudios.

Lo triste no es que ver a cuatro iletrados haciéndole la pelota a quien le pueda aprobar o le pueda proporcionar un plato de lentejas (pigmeos cobardes siempre los ha habido). Lo peor de lo malo es el ambiente de delación y acojonamiento contra los que la moral dominante no considere un "buen ciudadano del benefactor estado socialdemócrata".

Ahora nos colocan el uniforme de policía. Pronto nos llevarán a cursos de reeducación ciudadana. Al tiempo. La moral se impone.