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El sábado en que las Organizaciones Sindicales
Españolas hicieron una demostración de las fuerzas
productivas y de adhesión inquebrantable al
régimen.
El sábado en que las Organizaciones Sindicales
Españolas hicieron una demostración de las fuerzas
productivas y de adhesión inquebrantable al
régimen.
Las Demostraciones Sindicales, revisadas y actualizadas, son, aquí y allá, un reconocimiento que el mundo del trabajo le hace al líder. Las fases son dos: la búsqueda de un enemigo (y aunque el manual aconseja que sea anterior y/o extranjero, en este caso el objetivo ha sido nacional, presente y difuminado. Alguien olvidó a Bush. Error) y de reconocimiento, agradecimiento...y guía del timonel (aquí se clavó). ¡Pero ay!, la disciplina no es lo que era y faltaron señores productores. O es que no quedan. Olvidaba una tercera fase: la propaganda. Debe de ser cosa de los malditos enanos infiltrados, pero la he visto floja. Lo dicho, esto no es lo que era.
Y el domingo en que las fuerzas regionales se pusieron sus mejores galas para "reafirmar" sus ancestrales usos y costumbres.
Y para ello concedieron voz a algunos paisanos. ¡Pero ay!, sólo acudieron los que tenían memoria de los ancestrales usos y costumbres propios de la tierra. Pocos. Y es que los paisanos tienen sorbido el seso con modernidades diabólicas como la televisión o el Internet, que no hacen más que ensuciar la memoria y las mentes de nuestros adustos, abnegados y prometedores jóvenes. Lo dicho y repetido, esto no es lo que era.
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